Hola a todo aquel que se tome su tiempo para pasar por este humilde rincón. En este blog, se publicarán mis fics, esos que tanto me han costado de escribir, y que tanto amo. Alguno de estos escritos, contiene escenas para mayores de 18 años, y para que no haya malentendidos ni reclamos, serán señaladas. En este blog, también colaboran otras maravillosas escritoras, que tiene mucho talento: Lap, Arancha, Yas, Mari, Flawer Cullen, Silvia y AnaLau. La mayoría de los nombres de los fics que encontraras en este blog, son propiedad de S.Meyer. Si quieres formar parte de este blog, publicando y compartiendo tu arte, envía lo que quieras a maria_213s@hotmail.com

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martes, 29 de julio de 2014

El chico del departamento 512 * Capítulo 11

Disclaimer: Los personajes de Twilight son propiedad de Stephanie Meyer, yo solo los ocupo para jugar un poco con ellos en mi mente loca, esperando que les guste.

Sumary: Fue en una tarde lluviosa en que con la llegada de ella se conocieron, no solo llegando a un nuevo departamento siOno también a la vida de alguien más y a partir de ese momento sus vidas se entrelazaron sin pensarlo. Iluminando sus vidas al dar una vuelta de 180°; hasta donde los llevara esta relación que comenzaron sin saber exactamente el cómo comenzó.





EL CHICO DEL DEPARTAMENTO 512 * CAPÍTULO 11
by: AnaLau


Cap.11 Charla paterna

Edward no llevaba ni una hora dando vueltas en la cama cuando escucho unos golpecitos en la puerta y como no podía dormir se levantó rápidamente pensando en que tal vez Alice se había dado una vuelta para comprobar que cada quien estuviera en su respectiva cama.

- Que pasa A… - Se interrumpió de repente cuando abrió su puerta y lo que vio fue a su ángel parada con una bolsa en el hombro y aferrada a una almohada.

- Este… perdón si te desperté, pero es que no podía dormir y yo creo que inconscientemente vine hacia aquí lo siento de verdad creo que debería de irme – Dijo Bella un poco sonrojada al darse cuenta de lo que acaba de hacer.

Pensando en lo que había pasado entro a su departamento se cambió y se metió a las cobijas pero como todas olían a él solo dio vueltas en la cama y sin pensarlo dos veces se levantó tomo una bolsa en la que coloco unas cosas para mañana y agarro la almohada en la que solía dormir y salió directo hacia la puerta de Edward.

- Adelante amor la verdad es que yo tampoco podía dormir.

- Se puede saber ¿Por qué? – Pregunto muy curiosa mientras que Edward la conducía a su habitación ya que Bella conocía su departamento pero nunca había entrado a su recamara.

- La verdad es que estaba pensado en ti - Dijo Edward

- Guau que bonita esta tu habitación – Dijo Bella en cuanto Edward prendió la luz para que pudiera ver hacia donde se dirigía – De verdad que tienes más música que en una tienda sí que te debe de gustar mucho.

- Muchas gracias amor, claro que si me gusta mucho me relaja después del trabajo, pero me gustas más tu – Dijo mientras se acomodaban en la cama.

- Amor se puede saber ¿Qué es lo que traes en la bolsa y a que se debe que traigas una almohada?

- Bueno lo que pasa es que no sabía si tenías más almohadas y estoy muy acostumbrada a ella es algo que traje desde mi casa, espero que no te moleste.

- Claro que no amor, aunque tengo celos de que tu almohada tenga tanto tiempo contigo, en cuanto a lo de tu ropa eso significa que te puedo llevar mañana a tu trabajo.

- Eso no es necesario Edward – Dijo mientras se acomodaba en el pecho desnudo de Edward, dejando de lado su almohada.

- Claro que sí, para mí si es necesario, que descanses amor –Dijo Edward mientras apretaba más sus brazos en torno a su cintura y acomodaba su cara en su cuello.

- Buenas noches Edward – Dijo Bella en medio de un gran bostezo

- Ahora si voy a poder dormir a gusto – Dijo en voz baja obteniendo como respuesta un mmm de parte de Bella y sin más los dos se dejaron llevar al mundo de los sueños.

A la mañana siguiente ambos fueron despertados por el insistente sonido del despertador que Bella trajo ya que no quería quedarse dormida de nuevo.

- Buenos días amor, ¿Cómo dormiste? – Pregunto Bella un poco culpable por el ruido del despertador y por haber invadido su cama.

- Mmm, dormí de maravilla teniéndote segura entre mis brazos ¿Y tú?

- Yo dormí muy bien y la verdad es que es extraño porque he dormido sola toda mi vida y ahora no lo puedo hacer si no estoy contigo desde la primera noche que dormimos juntos – Dijo mientras alzaba los brazos – Te necesito para dormir a gusto –Dijo un poco colorada.

- No sabes cómo me agrada la idea de amanecer todos los días teniéndote entre mis brazos – Dijo Edward mientras le daba un casto y dulce beso – Pero me temo que tenemos que levantarnos para ducharnos e ir a trabajar.

- Tienes toda la razón, así es que si no es mucho abusar me gustaría ducharme primero porque creo que me tardo un poquito más que tú – Dijo Bella.

- Está bien ya que no creo poder resistirme a tu cuerpo si mebaño contigo – Dijo guiñándole un ojo haciendo que Bella se sonrojara hasta lo imposible. 

Bella se metió a la ducha con las cosas que trajo, mientras que Edward arreglo la cama y fue a la cocina para ver que le podía preparar para desayunar a su ángel, no tenía ni idea de que hacerle ya que normalmente tomaba café y un paquete de galletas o lo primero que encontrara y eso no estaba bien para su ángel que le preparaba delicias, abrió el refrigerador y milagrosamente encontró un poco de fruta que saco y puso un poco de café, mientras se preparaba mentalmente para tomar un cuchillo que consideraba una arma altamente peligrosa para picar la fruta.

En ese momento su teléfono sonó algo extrañado por la hora ya que para ser sábado era temprano para recibir llamadas así es que contesto sin ver el número.

- Cullen – Contesto Edward.

- Eddy amor que bueno que me contestas – Dijo la voz empalagosa de Tanya

- Que quieres Tanya, no tengo tiempo para hablar – Dijo un poco molesto al tiempo que se percató que ya no se oía el correr del agua.

- No te enojes Eddy sé que no te desperté, además te extraño mucho amor me tienes muy abandonada – Dijo con una voz de dolida y falsa- Para empezar odio que me digas Eddy y después no me interesa, Tanya no quiero que me vuelvas a marcar entendiste – Dijo muy molesto y frio. 

En esos momentos Bella salía de la recamara buscándolo para que se duchara mientras ella preparara el desayuno, pero se detuvo al escuchar la voz fría de Edward era muy raro para ella oírlo así, por lo que pensó que era cosa de su trabajo.

- Pero Eddy porque te molestas conmigo yo solo te quiero cuidar además de que la inútil de tu secretaria no me quiso dar tu dirección después de que me dijo que estabas enfermito –Siguió Tanya en ese intento de voz lastimera.

- Mira Tanya no quiero seguir contigo oíste, no me vuelvas a llamar ni a buscar entendiste y no vuelvas a insultar a Susana me oíste ¡NO ME INTERESAS! – Dijo casi gritando con la voz más fría que el hielo mientras que se apretaba le puente de la nariz en un intento por calmarse.

Entonces Mike tenía razón, de verdad es un mujeriego pero él me ama a mí me lo dijo yo lo veo en sus ojos pensó muy desesperadamente Bella.

- Estas con otra verdad Edward, tu no me puedes cambiar por una maldita zorra… - No pudo continuar porque Edward exploto ya que nunca permitiría que insultaran a su ángel.

- No te permito que hables así Tanya me entendiste desaparece de una maldita vez y no me vuelvas a molestar – Dijo y sin más colgó el teléfono enojado.

Mientras en la otra línea del teléfono ella pensaba "esa maldita zorra me va a conocer nadie me intenta quitar a Edward y sale impune". No es que Tanya amara a Edward pero él podría mantenerla como a ella le gustaba y la convertiría en la modelo más importante a nivel mundial y además él era todo un dios en la cama.

- Bella amor donde estas – Dijo muy preocupado Edward de que lo hubiera escuchado la amaba mucho y no quería perderla.Se arrepentía de haberse enredado con una mujer como Tanya.

- ¿Que paso Edward?, aquí estoy – Dijo Bella saliendo de la habitación haciendo oídos sordos a lo que acababa de pensar y de escuchar.

- Oh Bella estas preciosa, te amo mucho eres un ángel quellego a iluminar mi vida – Dijo queriéndole asegurar que la amaba pero parecía que no había oído nada – Prométeme que no me vas a dejar nunca, te amo mucho.

- Edward que tienes, claro que te amo y no te voy a dejar te amo demasiado – Dijo Bella ya que las palabras que acaban de salir de los labios de Edward la derritieron y estaba segura de que la amaba como ella a él. 

Se besaron con mucha dulzura disfrutando del momento poco a poco su beso se hizo más candente el comenzó a recorrer con la punta de su lengua el labio de Bella en una petición de que lo dejara entrar y ella acepto gustosamente mientras que enredaba sus dedos en el cabello broncíneo de Edward y el la jalaba de la cintura pegando más sus caderas haciendo que se notara el "pequeño" problema de Edward.

– Amor será mejor que nos apuremos y te des una ducha o se nos hará tarde – Dijo entre jadeos Bella ya que lo que más quería era continuar pero no podían.

- Está bien, demonios como me gustaría que no fuéramos a trabajar pero ahora si es necesario.

- Tranquilo amor tendremos la tarde para nosotros – Dijo Bella.

- Y toda la noche – Contesto Edward con una sonrisa pícarahaciendo que Bella se estremeciera de placer al imaginarse lo que pasaría en la noche – Ahora creo que necesito mucho esa ducha – le dio un último beso y se fue hacia la ducha.

Mientras Bella iba a la cocina para preparar el desayuno, se encontró con el café que puso Edward el cual ya casi se estaba consumirse en su totalidad, apago la estufa y observo la fruta y el cuchillo así es que preparo la fruta encontró un poco de miel y yogurt y las puso sobre la mesa ya que no sabía que le 
gustaría más.

- Amor huele a café que rico, ¡café! ¡Demonios! ¿No le apague al café verdad? – Dijo Edward al entrar a la cocina vestido impecablemente vestido con un traje gris Oxford hecho a la medida que le hacía ver más como un dios que como un mortal y el toque de su cabello rebelde simplemente hacían que Bella se quedara con la boca abierta y un sentimiento de orgullo crecía dentro de ella al saber que ese dios griego era de ella.
Pensaba que dios la quería mucho al hacer que semejante hombre la amara – Amor, ves algo que te guste – Dijo Edward pícaramente levantando una ceja al ver como se lo comía con los ojos y el sentimiento le agradaba al saber que le era atractivo a su ángel.

- Mmm no, bueno si – Dijo medio ida

- No te entiendo ¿Qué? – Pregunto Edward.

- Disculpa este… no le apagaste al café y si veo algo que me gusta – Dijo Bella mientras adquiría una tonalidad sonrosadapara no variar – Este… creo que tu idea era picar un poco de fruta así es de que aquí está además encontré un poco de miel y yogurt no sé qué te guste más.

- Me gustas más tú, pero con la miel me conformo por el momento gracias.

- Tu también me gustas – Dijo mientras le ponía un poco de miel a la fruta de Edward y un poco de yogurt a su fruta.

- Oye tengo una pregunta, ¿Siempre vas a así a tu trabajo? –Dijo mientras pensaba que era mucha tentación andando.

- Si, porque la pregunta amor

- No por nada, simple curiosidad- Ok – Dijo Edward aunque sabía que había algo mas pero no pensaba presionarla así que continuaron desayunando tranquilos y en silencio hasta que Bella se fijó en la hora.

- Demonios ya es tardísimo, lo siento amor nos vemos al rato, ok – Dijo Bella mientras se levantaba de la mesa y colocaba su plato y su taza de café en el fregadero.

Corrió al baño a lavarse los dientes y cuando salió de la habitación tomo sus cosas, choco con Edward que la esperaba en la puerta.

- Amor no te preocupes ya te dije que te iba a llevar anda vámonos aun es buena hora – La tomo de la mano y la jalo fuera del departamento después de que le también tomara sus cosas se dirigieron al elevador.

De lejos Bella pudo ver como Jessica salía de su departamento y se le quedaba viendo con incredulidad, pero lo dejo pasar.

Dentro del elevador Edward presiono el botón del estacionamiento preguntándose si Bella tenía coche propio ya que nunca lo había visto, pero de todas formas pensaba llevarla en su auto.

Dentro de si él quería ver su reacción al ver el tipo de auto que tenía estacionado, aunque la verdad es que era uno de todos los vehículos con los que contaba pero ese era el que más le gustaba además de que era sencillo comparado con los otros.

- Edward porque vamos hacia el estacionamiento, yo no tengo mi vehículo aquí – Dijo Bella dudosa.

- No te preocupes nos iremos en mi auto, pero ¿Puedo saber en dónde está el tuyo? – Pregunto Edward con gran interés.

- Bueno lo deje en casa de mis padres después de la universidad porque la verdad dudaba que pudiera llegar hasta aquí.

- Mmm, está bien anda sube – Dijo mientras le abría la puerta de un hermoso Volvo plateado.- Guau es muy bonito, nunca lo había visto, ¿Qué tipo de carro es?

- Mmm, es un Volvo ¿Porque? ¿Qué tipo de auto te gusta a ti? – Pregunto todavía dudando un poco de Bella.

Edward sabía que la amaba y que le daría todo lo que ella quisiera pero quería equivocarse de nuevo en lo que respectabaal dinero.

- Por nada en particular es muy bonito, cómodo y acogedor.

Nunca había visto uno así y en cuanto a cómo me gustan los autos pues me gustan que anden y con eso me conformo, esa es la razón por la que no traje mi camioneta veras… es un poco vieja y no creo que vaya más allá de los setenta km/h aunque nunca intente ir más rápido, pero me gustaba mucho y me llevaba a donde quisiera claro siempre y cuando no fuera muy lejos – Dijo bromeando al recordar su vieja camioneta que ella misma se compró porque nunca permitió que sus padres le compraran nada y mucho menos un auto.

Otra de las razones por la que la dejo en su casa era que se la había comprado al padre de Jake y el mismo fue el que le arreglo el motor y le traía recuerdos dolorosos.

- Creo que me gustaría verlo, creo que exageras un poco – Dijomás confiado y realmente intrigado por conocer esa clase de vehículo que solo llega a los setenta cuando a él de mínimo le gustaba andar como en noventa y eso era muy lento por él.

- Te lo aseguro que no, pero tal vez algún día – Dijo Bella.

Cuando menos lo sintieron ya habían llegado al trabajo de Bella 

– Sí que eres rápido de hecho hasta ya es temprano – Comento Bella impresionada.

- Te dije que llegaríamos rápido, bueno me supongo que sales temprano así es que paso por ti – Dijo Edward en una afirmación.- Pero no sé a qué hora salgo además tú tienes que trabajar también y no me gustaría que te regañaran por mi culpa – dijo Bella preocupada por el trabajo de Edward.

- No te preocupes amor eso no va a pasar – Dijo Edward muy dulcemente ante el hecho de que ella se preocupara por el –No creo que nadie me regañe – Bueno y es que quien lo podía regañar siendo el jefe

- Ok, pero creo que será mejor que ya te vayas o llegaras tarde – Decía Bella mientras abría la puerta para bajarse.

- Que, adonde vas y sin despedirte de mí – le dijo con voz dolida.

- Lo siento mucho – Dijo Bella mientras le sonreía con ternura y se acercaba para darle un beso, él la jalo hacia sí mismo y la beso con amor y deseo hasta que por la falta de aire se tuvieron que separar.

- Te amo mucho mi amor, cuídate y nos vemos cuando salga estamos – Dijo Edward muy radiante dándole otro corto beso.

- Yo también te amo, nos vemos al rato, pero vuelvo a insistir yo me puedo ir sola es más, ¿Qué te parece si nos vemos en el departamento en la tarde?

- No quiero discutir el tema está bien ya te dije que paso por ti al rato – Sin más una Bella resignada salió del auto ya que no le podría ganar en una discusión y se quedó viendo cómo se alejaba en el volvo y a ella se le dibujaba una gran sonrisita en la cara, que era una igual a la que llevaba Edward.

Cuando Bella entro a su área de trabajo, el encargado en turno le pregunto que si todo estaba bien con sus asuntos pendientes del día anterior, la verdad es que ella no sabía de qué asuntos pendientes hablaba, por lo que solo le se limitó a decir que ya estaban en orden y ya no había más problema, para después poder continuar con su trabajo. El caso de Edward fue diferente ya que cuando llego ahí estaba Susana su secretaria.

- Buenos días Susana, ¿Qué haces aquí si hoy es sábado? –Pregunto Edward extrañado ya que no le había pedido que asistiera.

- Bueno, es que como usted dijo que vendría a trabajar el día de hoy entonces pensé que me podría necesitar para ponerlo al día con los pendientes y estar aquí para lo que se le ofreciera.

- Eso es muy amable de tu parte, anda pues te espero en mi oficina en cinco minutos para que me pongas al día.

- Está bien señor – Contesto Susana y sin más Edward se dirigió a su oficina y una sonrisa se le dibujo al recordar a su ángel y el motivo por el cual él estaba trabajando en sábado, día que él pensaba que jamás trabajaría. 

Pasados los cinco minutos llego Susana y lo puso al corriente de las cosas que se perdió el día anterior además de darle a conocer el reacomodo de su agenda.

Una vez que terminaron de arreglar esos asuntos Edward mando a Susana a una diligencia en la que se iba a llevar una buena parte de la mañana, y pasada una media hora tocaron en la puerta ya que aún no había secretaria que anunciara al visitante.

- Adelante – Contesto Edward.

- Hola, buenos días hijo – Saludo Carlisle

- Ah, hola papa pasa ¿qué se te ofrece?, se me hace raro verte aquí en sábado ¿qué no acaso deberías de estar en casa con mi madre?

- Si tienes razón, pero vengo algunos sábados, lo raro es verte a ti aquí y que hayas faltado el día ayer cosa que es muy rara en ti y sin dar explicaciones, es que te paso algo, estas bien, hay algo en lo que te pueda ayudar…- Para papa, claro que estoy bien es más estoy más que bien –le dijo con una enorme sonrisa en el rostro mientras se acomodaba en el sillón negro en el que se había sentado su padre.

- Bueno y se puede saber ¿qué es lo que te paso para que estés tan… feliz?

- Me enamore papa, eso me paso, estoy enamorado de un ángel – le dijo destilando amor.

- Edward, ¿qué es lo que quieres decir con que te enamoraste de un ángel? – Carlisle escuchaba demasiado feliz a su hijo y no quería que nada malo de pasar ya que en el momento en que Edward dijo que se había enamorado recordó lo que sucedió la última vez que él dijo lo mismo y todo lo que sufrió y el cambio tan drástico que dio.

- Pues si papa Bella es como un ángel, es hermosa, tiene unos ojos de color chocolate, una tonalidad de piel hermosa, una sonrisa cálida, una luz interna que la ilumina como un aura, dos hermosos pies izquierdos que la hacen un poco torpe así es que tiende a caerse muy a menudo y a lo cual yo he sabido sacar ventaja ya que con ese pretexto yo puedo tenerla abrazada a mí por mucho más tiempo, es una excelente cocinera, se 
sonroja fácilmente, es muy cálida y tierna.

- Bueno eso es extraño nunca te había oído hablar así de nadie– Comento Carlisle.

- Es que no había conocido a mi Bella, la amo mucho y no quiero perderla, papa la verdad es que tengo mucho miedo de perderla – Confeso Edward de repente angustiado ante la idea de perderla, recordando el incidente de la mañana en la que Bella pudo haber escuchado su conversación con Tanya y pudo haberlo dejado con justificada razón al enterarse de cómo era él.

- Tranquilo hijo, ¿ella te ama como tú la amas a ella?, porque si es así no tendrías de que tener miedo y estos estarían injustificados.- Ella me ha dicho que me ama y cuando habla en sueños pronuncia mi nombre y la verdad es que se me ha vuelto una necesidad, el verla dormir solo con la finalidad de oírla decir mi nombre y verla suspirar por mí.

- Ya ves entonces no tienes nada de que tener miedo, pero creo que me gustaría conocer a ese ángel tuyo y estoy seguro de que a tu mama también le gustaría conocerla.

- Ya lo sé, pero es algo que tendríamos que hablar porque ella no sabe nada de ustedes bueno de ninguno de nosotros.

- Como es posible que ella no sepa nada, recuerda que en una relación debe de haber confianza plena y absoluta, me quiero imaginar que tienes una muy buena explicación – Dijo de manera seria Carlisle ya que si había algo que detestaba en la vida eran las mentiras.

- Este… bueno veras lo que pasa es que no se ha presentado la oportunidad, no sé cómo hacerlo somos novios desde ayer –Dijo Edward con una brillante sonrisa - Y a verdad es que fue el mejor día de mi vida.

- ¿Como que desde ayer?, ¿desde cuándo se conocen y cómo es posible que ya duerman juntos? ¿No crees que van demasiado rápido?

- Bueno veras nos conocemos desde que ella se mudó hace ya algunos meses al edificio donde estoy viviendo, nos conocimos cuando ella llego y por poco se cae en el elevador – Recordó Edward esa primera ocasión.

Esa fue la primera ocasión en la que Edward sostuvo entre sus brazos a Bella y recordaba las pocas ganas que tenia de soltarla, se veía tan frágil y delicada.

- Después me perdí en sus profundos ojos del color del chocolate y como no la conocía me aleje y no la volví a ver hasta unos días después en una fiesta que organizo Alice la novia de Jasper, ella estaba platicando con uno de los vecinos que no se le separaba y cuando nuestras miradas se cruzaron me volví a perder en la profundidad de sus ojos hasta que llego Rose – Dijo Edward recordando la extraña escena de la que él fue parte. - Al día siguiente por alguna extraña razón salí a caminar al parque y ahí me la volví a encontrar y sin saber cómo paso mis pies caminaron sin que yo les diera la orden y termine arrodillado junto a ella y yo estaba hipnotizado por la manera en la que el viento jugaba con sus cabellos que resaltaban con tonos rojizos por el sol y sus labios que me incitaban a besarlos, me acerque tanto como para darle un beso y en ese momento ella abrió los ojos, se fue corriendo y sin pensarlo la seguí hasta su departamento y 
le pedí disculpas – Continuo Edward con su relato de todo lo sucedido con su amada.

- Es muy interesante tu historia de amor, un tanto extraña para algunos, pero sin duda única – Comento Carlisle con una enorme sonrisa.

- Yo quería besarla y sentir la calidez de su boca, quería abrazarla, pero me tuve que conformar con platicar con ella porque la había espantado un poco y desde ahí comenzamos una amistad en la que pasábamos juntos los sábados y en algunas ocasiones también los domingos en el parque o en alguno de nuestros departamentos donde se nos iba el tiempo platicando. Me conto mucho de su vida, pero cuando me tocó a mí no quise decirle quien somos en realidad, sabe que trabajo aquí y lo que hago, pero es que temía que fuera como la otras chicas que solo buscan dinero – Dijo Edward quien se sentía avergonzado al recordar sus planes iniciales de utilizar a Bella para satisfacer sus necesidades en la cama pero ahora que lo 
pensaba le producía cierto asco hacia sí mismo.

- Muchas emociones desde el comienzo según puedo ver –Dijo Carlisle.

- Ni que lo digas, explote de celos ante las continuas insinuaciones de Mike uno de los vecinos que la 
frecuentaba mucho y sumado un incidente con Rose quien al parecer confundió como novia mía – Comento con humor Edward recordando los actos de ambos cuando aclararon la situación.

- Y me supongo que de ahí vino el detonante de que descubrieran lo que sentían por el otro y comenzaran lo que ahora tienen o ¿me equivoco? – Pregunto Carlisle con curiosidad.

-No te equivocas, después de eso me encontré a Alice y tuvimos una plática que me dio mucho en que pensar y le pedí a Bella que fuera mi novia y ella acepto por lo que pasamos un tipo de pre-fin de semana juntos y esa es la razón por la que ninguno de los dos fue a trabajar el día de ayer al ganarnos el sueño descansando como nunca en los brazos del otro y ella en estos momentos se encuentra trabajando yo mismo la lleve hasta su trabajo – Edward termino su gran relato.

- Bueno, una gran historia me dejas sin palabras solo séque te vez muy feliz, pero en definitiva tienes que decirle la verdad si de verdad te ama no le va a importar el dinero en lo más mínimo tienes que confiar en ella recuerda que la confianza es la base de una buena relación – Dijo Carlisle con mucha seguridad.

- Confió en ella papa, pero en quien no confió es en mí no sé qué fue lo que hice bien para que un ángel como ella se fijara en mí y temo perderla, que se dé cuenta de que no soy bueno para ella y que encuentre a alguien más y me deje – Dijo Edward con un toque de melancolía en la voz.

- Claro que si eres bueno para ella… - Rebatió Carlisle.

- Papa sabes que no es así, sabes cómo es que he venido manejando mi vida desde hace ya bastante tiempo. He estado con muchas mujeres, sabes que soy frio y calculador, ella no se merece eso papa ella de verdad es un ángel y yo no soy merecedor de su amor – Dijo Edwardque sentía que tenía que sacar todo lo que tenía guardado.

- Ahora tienes que parar tu Edward lo que dices no es así sabes que eres un buen chico, está bien que sientas que ella es especial y así debe de ser pero no por eso tienes que menospreciarte, recuerda que todos cargamos con una pasado que en ocasiones nos marca pero no por eso no tenemos derecho de ser felices en especial tu hijo,quien mejor que nosotros sabemos todo lo que has sufrido y es por eso que tratamos de entender tu comportamientoporque nosotros sabemos cómo eres realmente y tu ángelcomo le llamas se encargó de volver a sacarlo a la luz –Dijo Carlisle.

- Muchas gracias por todo lo que me dices, la verdad es que creo que eres poco objetivo por el hecho de ser tu hijo pero aun así me haces sentir mejor – Dijo Edward con agradecimiento.

- No te preocupes sabes que te mereces a alguien que te amé y te haga feliz y si es ella pues disfrútalo, pero si me gustaría conocerla para darle las gracias por regresarnos a nuestro hijo – Dijo Carlisle en medio de una sonrisa.

- Déjenme hablar con ella, estoy seguro de que a mamá le gustara conocerla también, yo te confirmo en el 
transcurso de la semana a ver si quiere y los vemos el próximo fin de semana que te parece – Ofreció Edward con gran entusiasmo.

- Me parece genial, que tal si es el domingo para recordar cómo eran nuestros domingos en familia, además de que será bueno que veas a tu madre ya tiene tiempo que no la has ido a visitar – Le regaño Carlisle a su hijo.

- Lo sé papa y lo siento, pero no tenía cara para verla sabes que mi comportamiento en las últimas fechas no ha sido muy bueno que digamos, pero ahora tengo a alguien dequien sentirme orgulloso – Dijo Edward con una gran sonrisa.

- Me alegro mucho por ti hijo, la verdad es que te ves tancambiado, tan feliz y no me gustaría arruinarte la felicidad pero si tengo que preguntar que tienes que ver con TanyaDenalí que ha estado preguntando por ti insistentemente– Comento ahora seriamente Carlisle.

- Papa ella fue un error y no puedo sacármele de encima, no entiende que no la quiero pero insiste me ha estado marcando… sabes creo que será mejor que cambie mi número y deje toda esta vida atrás, para empezar de cero con mi Bella – Dijo Edward dubitativamente.

- Haz lo que creas que es lo correcto sabes que siempre te voy a apoyar – Dijo un muy orgulloso Carlisle de su hijo que volvía a ser el joven de antaño – Bueno creo que será mejor que me retire quiero terminar unas cosas que tengo pendientes para irme con tu madre y me supongo que tútambién querrás salir pronto para ir con tu Bella – Dijo lo último con una gran sonrisa ya que de cierta manera él se veía en su hijo por todo lo que le conto es como si de cierta manera él le contara como él sentía con Esme su 
esposa.

- Tienes toda la razón del mundo, muchas gracias papá y mándale muchos saludos y besos de mi parte a mamá –Dijo Edward mientras se ponía de pie y Carlisle emprendía el camino de salida de la oficina de su hijo y en ese momento recordó algo.

- Está bien yo se los hare llegar, pero espero que no se le ocurra venir para que se los des tu personalmente… ha y espero que se estén cuidando – Dijo Carlisle con un sonrisita de complicidad.

- ¿Cuidando de que o porque? – Pregunto Edward un poco nervioso, ¿es que de verdad se notaba que ya había estado con su ángel?

- Sabes a lo que me refiero, no creo que a tu madre le agrade tener nietos antes de que estés casado y se le 
ocurra preparar una boda por lo alto y lo sabes – Le dijo Carlisle con un toque de humor en la voz.

- Papá, aún no he hablado de casarme con ella creo que eso es ir demasiado de prisa – Sra. Bella Cullen esposa del Sr. Edward Cullen me gusta cómo suena me pregunto si… pensó Edward divagando por un momento de lo que le decía su padre.

- Yo solo digo que se cuiden, un hijo es algo serio y no se tiene que tomar a la ligera – Dijo Carlisle hablando más serio.

- Pero… - Edward no pudo continuar con lo que estaba por decir cuando su padre lo interrumpió de nuevo.

- Crees que no me daría cuenta de que ya han estado juntos, no te preocupes eso no me molesta solo me 
gustaría saber que se están cuidando – Insistió Carlisle.- La verdad es que no hemos hablado de eso y pues de que sirve que te mienta… si hemos hecho el amor y la verdad es que no nos hemos cuidado, cuando estoy con ella pierdo la cabeza se me olvida todo y jamás me paso por la cabeza el asunto de la protección la verdad es que no se si ella se esté cuidando – Digo porque tendría que estar tomando anticonceptivos si nunca antes había estado con un hombre y eso a mí me consta pensó para sus adentros Edward.

- Eso no es responsabilidad de Bella exclusivamente y los sabes – Le riño Carlisle.

- Lo sé y no le echo la culpa, a mí se me olvido solo decía que no sé si es que ella toma pastillas anticonceptivas –Argumento rápidamente Edward.

- Bueno eso es algo que tienes que hablar con ella –Reafirmo Carlisle.

- Lo sé papa y lo hare – Dijo Edward con una enorme sonrisa.

- Está bien ahora si me voy - Y sin más Carlisle salió.Edward regresaba a su escritorio a trabajar pero su mente no estaba ahí, y si ella no se estaba cuidando y si estaba embazada, ¿ella aceptaría casarse? Pensó, ya tendría tiempo para hablar después de ese tema con ella, comenzó a tratar de trabajar pero no podía.

- Ya concéntrate en trabajar, después la veras – Se dijo así mismo – Sabes que si no acabas no te podrás ir y no la veras – Se volvió a decir.- Pero necesito verla o de mínimo escuchar su voz – Se contestó a sí mismo. Otra vez escuchando voces y lo peor de todo ¡contestándole! De plano que esa chica lo traía loco.

- Bueno entonces háblale, pero con la condición de que una vez terminada la llamada te concentraras en tu trabajo – Negoció la voz que desde ese momento denomino como su conciencia.

- Está bien me agrada, quiero escuchar a mi ángel – DijoEdward con una gran sonrisa de victoria sí que sabía hacer negocios y marco su número.

- Diga – Pregunto una distraída Bella que trataba de poner atención a su trabajo.

- Hola amor te hablo para decir que extraño mucho y que te amo – Dijo Edward con voz dulce.

- Edward – Contesto Bella con una sonrisita enorme en elrostro – Yo también te extraño.

- ¿Estás muy ocupada? Si quieres te puedo llamar después – Comento Edward al escuchar un tecleo rápido, pero pedía a gritos que no le colgara porque tenía un trato consigo mismo.

- No – Dijo Bella sin pensarlo – Solo estaba checando una cosita rápido, pero si tu estas ocupado podemos hablar después.

- No te preocupes por eso amor – Dijo Edward restándole importancia.- Bueno y a todo esto ¿se puede saber cuál es el motivo de tu llamada? – Pregunto Bella.

- ¿Creo que ya te lo dije no? te llame porque te extraño y te amo, además de que quería oír tu dulce voz – Dijo Edward con una voz que no reconocía como suya.

- Qué lindo, la verdad es que yo también te extraño, llámame loca pero no me puedo concentrar te extraño 
mucho y solo pienso en ti – Dijo Bella mientras hacia un puchero que Edward no pudo ver.

- Me gusta que estés loca y lo mejor es que es por mí – DijoEdward en medio de una pequeña carcajada.

- Eres un engreído – Dijo Bella fingiendo enojo.

- Mi amor que no vez que entonces yo también estoy loco porque tampoco me puedo concentrar te extraño mucho, parezco un adolescente de nuevo con las hormonas revolucionadas que lo único que tiene en la cabeza es a su hermosa novia.

- Que gracioso yo en tu lugar le diría a tu novia que no te entretenga mucho, porque necesitas trabajar – Dijo Bella siguiéndole la broma.

- Mmm está bien se lo diré, bueno te dejo para que trabajes y salgas pronto para vernos antes porque me muero por verte te mando muchos besos – Dijo Edward aferrándose al móvil.

- Está bien, yo también te mando muchos besos, pero me vas a volver a marcar ¿verdad? – Pregunto Bella sin pensarlo.

- Claro que si mi amor las veces que quieras – Dijo como todo un caballero que tenía que cumplir su promesa y su deseo por cumplir todo lo que le pidiera su ángel.

- Está bien nos vemos más tarde, cuídate mucho y te amo – Dijo espontáneamente.

- Yo también te amo, nos vemos al rato besos – Dijo Edwardmuy feliz y aunque no quería tuvo que colgar. 

Después el tiempo se le paso volando ya que estaba sumergido en su trabajo y cuando se dio cuenta ya casi era hora de salir así que sin más decidió marcarle de nuevo a su ángel y no tuvo que esperar a que diera más de dos toques cuando le contesto.

- ¿Edward? – le dijo muy feliz de que le marcara además de que ya iba a salir y él no le había vuelto a marcar.

- Hola mi amor, disculpa pero es que me perdí en unos papeles, pero ya estoy listo ¿ya casi sales? – Pregunto Edward mientras acomodaba algunos papeles.

- Si, ya casi salgo y no te preocupes si tienes que trabajar yo lo entiendo – Dijo Bella inmediatamente.

- No te preocupes amor ya te dije que ya estaba listo así es que si quieres ya paso por ti.

- Mmm, ¿estás seguro que ya no tienes trabajo? – Bella escucho un bufido por respuesta – Está bien ya casi estoy lista – Se rindió Bella.

- Entonces ya salgo para allá tengo muchas ganas de darte un beso.

- Yo también te extraño, nos vemos en un rato, te mando un beso.

- Nos vemos amor, pero además me tienes que dar otro beso en persona – Dijo Edward en medio de una sonrisa coqueta.

- Está bien – Dijo Bella antes de colgar. 

No tardó mucho en que Bella terminara de arreglar sus pendientes y se dispuso a salir a esperar a Edward; que por otro lado cuando se cortó la llamada termino de apagar su computadora, guardo sus papeles y salió de su oficina.

- Ya me voy Susana tu deberías de hacer lo mismo y nos vemos el lunes, ¡que descanses! – Dijo un radiante Edward.

- Igualmente señor Cullen y gracias – Dijo Susana contenta de ver a su jefe tan feliz como nunca lo había visto. 

Edward sin demoras más salió y se dirigió a su vehículo manejando lo más rápido que las calles le permitían y en un tiempo record llego al lugar en el que trabaja su ángel que ya lo estaba esperando en la entrada del 
edificio.

Bella se subió al carro sin dudarlo ya que de verdad lo extrañaba y lo único que quería era verlo y tocarlo, ese mismo impulso hizo que apenas estuviera dentro se abalanzara sobre él y comenzara a besarlo con amor y dulzura, cuando se dio cuenta de lo que había hecho se separó un poco de él y agacho la mirada totalmente sonrojada.

- Yo también te extrañe mucho mi amor – Dijo Edward mientras ponía un dedo debajo de su barbilla esperando que levantara su mirada.

- Lo siento me deje llevar, yo no soy así – Dijo Bella con voz tímida y a él lo vio con una sonrisa radiante en el los labios.

- Mi amor me encantas cuando te dejas llevar, te amo mucho. Pero vámonos que te parece si vamos a comer a algún lado – Ofreció aquel apuesto hombre. 

- Qué te parece si mejor preparo algo de comer – Ofreció la castaña en su lugar.

- Bella quiero llevarte a comer a algún sitio, no hemos salido últimamente tu y yo, además de que hay un lugar cerca de aquí que acaba de abrir qué te parece y será nuestra primera cita - Dijo Edward pensando en que tal vez ella conociera el lugar o hubiera oído hablar de él.

Ya era hora de que conociera quien era Edward Cullen y su familia ante la sociedad, pero sobre todas las cosas quería compartir tiempo con ella y con nadie más.






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