Hola a todo aquel que se tome su tiempo para pasar por este humilde rincón. En este blog, se publicarán mis fics, esos que tanto me han costado de escribir, y que tanto amo. Alguno de estos escritos, contiene escenas para mayores de 18 años, y para que no haya malentendidos ni reclamos, serán señaladas. En este blog, también colaboran otras maravillosas escritoras, que tiene mucho talento: Lap, Arancha, Yas, Mari, Flawer Cullen, Silvia y AnaLau. La mayoría de los nombres de los fics que encontraras en este blog, son propiedad de S.Meyer. Si quieres formar parte de este blog, publicando y compartiendo tu arte, envía lo que quieras a maria_213s@hotmail.com

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sábado, 31 de diciembre de 2011

Solos tú & yo * Capítulo 25






ADAPTACIÓN

Capítulo 25:

En el momento que me vuelvo hacia la puerta se abre delante de mí. Y como no es una de esas automáticas como las que tienen en los supermercados, supongo que significa que puedo entrar.
Entro a un espacio amplio lleno de la más brillante y tibia luz… una cascada luminosa y radiante que, como el resto de Summerland, llega a cada rincón, cada esquina, todos los espacios llenos de ella, sin dejar ninguna sombra o lugar oscuro, y no parece venir de ningún lado. Luego paso por un pasillo
que a ambos lados tiene filas de columnas de mármol blanco decoradas al estilo de la antigua Grecia, donde los monjes con togas se sientan en mesas de madera, con shamanes, rabinos, curas y todo tipo de religiosos. Todos ellos sentado en mesas que levitan con grandes bolas de cristal… cada uno estudiando las imágenes que aparecen.

Hago una pausa, preguntándome si seria maleducado interrumpir la tarea y preguntar si me pueden señalar la dirección hacia los archivos akashic. Pero el cuarto esta tan silencioso y ellos están tan concentrados, no puedo molestarlos, así que sigo mi camino en cambio. Pasando por una seria de estatuas magnificas hechas en el más puro mármol blanco, hasta que entro a un cuarto adornado como las catedrales de Italia (o al menos por lo que he visto en fotos). Con los mismos cielos abovedados, los vidrios pintados, y unturas elaboradas con imágenes gloriosas que harían que Miguel Ángel llore.

Me paro en el centro, con la cabeza echada hacia atrás luchando por verlo todo. Dando vueltas y mas vueltas hasta que me canso y mareo, dándome cuenta que es imposible verlo todo de una vez.

Y sabiendo que ya he perdido suficiente tiempo, cierro levemente los ojos y sigo las instrucciones de Senna… debo desear primero algo antes de poder conseguirlo. Y justo después de pedir ser llevada a las respuestas que busco, abro los ojos y un largo corredor aparece.

Su luz es mas opaca de lo que me acostumbre… es algo así como resplandeciente, incandescente.
Y aun cuando no se a donde me lleva, empiezo a caminar. Siguiendo la hermosa alfombra Persa que parece seguir hasta el infinito, corriendo mis manos por la pared cubierta de jeroglíficos, la punta de mis dedos rozando las imágenes mientras éstas aparecen en mi cabeza… la historia completa
desarrollándose solo por el tacto, con una especie de braille telepático.

Entonces, de repente, sin señal o aviso previo, me encuentro parada a la entrada de otro cuarto.
Solo que este esta decorado de forma diferente… no por murales u ornamentos… sino por su pura e inmaculada simplicidad.

Sus paredes circulares son brillosas y lisas, y aun cuando a primera vista parecen ser simplemente blancas, mirándolas con mas atención me doy cuenta que no hay nada simple en ellas. Es un verdadero blanco, un blanco en el sentido más puro.

Uno que solo puede ser el resultado de la combinación de todos los colores… una combinación infinita de pigmentos todos entrelazados para crear el color de la luz… justo como aprendí en la clase de arte. Y además de la masiva cantidad de prismas que cuelgan del techo, lo que deben de ser cientos de cristales finamente cortados, todos ellos brillando y reflejando resultando en un calidoscopio de colores que ahora da vueltas por la habitación, el único objeto en este espacio es un banco de mármol solitario que es extrañamente cómodo y tibio, especialmente cuando el mármol no se supone que lo sea.

Y luego de tomar asiento y poner las manos en mi regazo, miro como las paredes detrás de mí crecen como si el pasillo que me llevo ahí nunca hubiese existido.
Pero no estoy asustada. Aun cuando no parece haber salida y parece que estoy atrapada en este cuarto circular, me siento segura, en paz, cuidada. Como si el cuarto estuviese acunándome, confitándome, sus paredes circulares como grandes y fuertes brazos en un abrazo de bienvenida.

Tomo un largo respiro, deseando por respuestas a todas mis preguntas, y viendo como una larga hoja de cristal aparece frente a mí, flotando en lo que antes era espacio vacío, esperando que yo tome el próximo paso.

Pero ahora que estoy tan cerca de la respuesta, mi pregunta ha cambiado de pronto.
Así que en vez de concentrarme en: ¿Qué es lo que le paso a Edward y como hago para arreglarlo?
Pienso: Muéstrame todo lo que necesito saber sobre Edward.

Pensando que esta puede ser mi única oportunidad para aprender todo lo que puedo sobre el pasado que se niega a discutir. Convenciéndome a mi misma que no estoy entrometiéndome, sino que estoy buscando una solución y toda la información que pueda conseguir puede ayudarme.

Además, si verdaderamente no soy merecedora de saberlo, entonces no se me va a revelar nada.
¿Así que qué hay de malo en preguntar? Y en cuento el pensamiento se completa, el cristal empieza a zumbar. Vibrando con energía mientras un caudal de imágenes llena el espacio, la imagen tan clara que parece televisión de alta definición.

Hay un pequeño taller saturado, sus ventanas cubiertas con telas de un algodón grueso, pesado y oscuro, sus paredes encendidas por una cantidad de velas.

Y Edward esta ahí, no mayor que tres años, usando una túnica marrón que le llega más allá de las rodillas, sentado en una mesa llena de frascos burbujeantes, una pila de rocas, latas llenas de polvos de colores, morteros, hierbas y viales de tinte. Mirando mientras su padre moja la pluma en un
pequeño frasco de tinta y escribe el trabajo del día en una serie de símbolos complicados, pausando de vez en cuando para leer de un libro llamado: Focinos Corpus Hermeticism, mientras Edward lo copia, escribiendo en su propio trozo de papel.

Y se ve tan adorable, con esos cachetes redondos y cara de querubín, con la forma en que su pelo cae sobre esos ojos oscuros y se riza en la base de su cuello de bebe, no puedo evitar estirar mi mano hacia él. Todo parece ser tan real, tan accesible, y tan cercano, estoy totalmente convencida que si tan solo logro hacer contacto, puedo experimentar el mundo que se encuentra frente a mí.

Pero en cuanto mis dedos se van acercando, el cristal se calienta hasta un nivel inaguantable y yo retiro mi mano, viendo como mi piel burbujea y se quema por un momento antes de sanar nuevamente. Sabiendo que los limites están ahora impuestos, que me esta permitido ver pero no interferir.

La imagen se adelanta hasta el décimo cumpleaños de Edward, un día tan especial que esta marcado por regalos y dulces y una visita por la tarde al taller de su padre. Ambos comparten más que el pelo ondeado, la piel blanca, y una mandíbula bien definida, pero también una pasión por perfeccionar la formula alquímica que promete no solo transformar las cosas en oro sino también
prolongar la vida por tiempo indefinido… La perfecta piedra filosofal.

Se ponen a trabajar, con la rutina establecida, Edward moliendo hierbas con el mortero, para luego medir cuidadosamente las sales, aceites, líquidos de color, y minerales, que su padre luego agrega al frasco burbujeante. Haciendo una pausa antes de cada paso para anunciar que es lo que esta haciendo, y enseñándole a su hijo sobre la tarea:

-Transmutación es lo que estamos tratando de conseguir. Cambiar de enfermedad a salud, de vejez a juventud, de plomo a oro, y posiblemente, inmortalidad también. Todo nace de un elemento fundamental, y si lo podemos reducir hasta su núcleo, entonces podemos crear todo desde ahí
Edward escucha, absorto en cada palabra que su padre dice aún cuando escucho exactamente el mismo dialogo muchas veces antes. Y aunque hablan en italiano, un idioma que yo nunca he estudiado, de alguna manera entiendo cada palabra.

Nombra cada ingrediente antes de agregarlo, luego decidiendo, sólo por hoy, no agregar el último.
Convencido de que este componente final, esta hierba que parece rara, va a crear aún más magia si se agrega luego de que el elixir descanse por tres días.

Luego de pasar el jugo rojo a un frasco más pequeño, Edward lo tapa con cuidado y luego guarda en un mueble bien escondido. Y ellos recién terminaron de limpiar el último desorden cuando su madre… una mujer de piel cremosa, hermosa, en un vestido de seda, con su pelo dorado encrespado a los lados y agarrado detrás por una cofia… pasa para llamarlos a comer. Y su amor es
tan obvio, tan tremendamente claro, ilustrado en la sonrisa que reserva para su marido, y la mirada que le dirige a Edward, sus oscuros ojos un espejo de los de él.

Y justo cuando se están preparando para irse a la casa a comer, 3 hombres entran a la fuerza.
Reduciendo al padre de Edward y demandando el elixir, mientras la madre esconde al hijo en el armario en el que esta guardado… advirtiéndole que se quede quieto, que no haga sonido alguno, hasta que sea seguro salir.

Él se acurruca en el oscuro, reducido espacio, espiando por un agujero en la madera. Viendo como el taller de su padre… el trabajo de su vida… es destruido por los hombres en la búsqueda. Pero aun cuando su padre entrega las notas, no es suficiente para salvarlos. Y Edward tiembla, viendo sin poder hacer nada, mientras sus padres son asesinados.

Yo me quedo sentada en el banco de mármol, mi mente tambaleante, mi estomago encogiéndose, sintiendo todo lo que Edward siente, sus emociones un torbellino, sus mas profundas desesperaciones… mi visión borrosa por las lagrimas, mi respiración caliente, áspera, igual a la de él.
Ahora somos uno. Los dos unidos por un pesar inimaginable.
Ambos habiendo sufrido el mismo tipo de perdida.

Ambos creyendo que estamos de alguna manera en falta.
Él lava sus heridas y cuida sus cuerpos, convencido de que cuando los 3 días pasen, va a agregar el ingrediente final, esa hierba rara, y va traerlos a ambos de vuelta. Solo para ser despertado el tercer día por un grupo de vecinos alertados por el olor, encontrándolo hecho un bollito al lado de los
cuerpos, la botella con el elixir en una mano.

Él trata de luchar contra ellos, tomando la hierba y desesperadamente tirándola dentro. Determinado a llegar a sus padres, para hacerlos tomar a ambos, pero sus vecinos se lo llevan antes de que pueda lograrlo.

Porque están convencidos de que está practicando algún tipo de brujería, es declarado un pupilo de la iglesia, aunque devastado por la perdida y alejado de todo lo que conoce y ama, es abusado por clérigos determinados a sacarle el diablo de adentro.

Él sufre en silencio, sufre por años… hasta que Tanya llega. Y Edward, ahora un fuerte y atractivo chico de 14 años, es transfigurado por la visión de su pelo rojo, sus ojos verde esmeralda, su piel de alabastro… su belleza hace difícil dejar de mirarla.

Los veo juntos, apenas capaz de respirar mientras ellos empiezan un vinculo tan protector, tan cuidadoso, me arrepiento de haber pedido de ver esto. Fui tonta, impulsiva, y descuidada… no me tome el tiempo para pensarlo. Porque aun cuando ella ya esta muerta y no es una amenaza, viéndolo a él cayendo bajo su hechizo es mas de lo que puedo soportar.

Él atiende las heridas que ella sufre a manos de los sacerdotes, tratándola con mucha reverencia y cuidado, negando su innegable atracción, determinado únicamente en protegerla, salvarla, ayudarla a escapar… él día llegando mucho más rápido de lo esperado cuando la plaga llega a Florencia… la temida Muerte Negra que mato a millones de personas, reduciéndolas a todas a hinchazón, pus, y sufrimiento.

Él ve sin poder hacer nada como muchos de los huérfanos se enferman y mueren, pero no es hasta que Tanya cae que él vuelve al trabajo de la vida de su padre. Recreando el elixir que maldijo todos estos años… asociándolo con la pérdida de todo aquello a lo que quería. Pero ahora, sin otra alternativa, y reacio a perderla, hace que Tanya tome. Dejando un poco para sí y los otros huérfanos, queriendo solo salvarlos de la enfermedad, sin tener idea de que les daría la inmortalidad también.
Infundados por un poder que no entienden e inmunes a los llantos agónicos de los clérigos muriendo, los huérfanos se escapan y separan. Dirigiéndose a las calles de Florencia donde saquean a los muertos, mientras Edward, con Tanya a su lado, esta interesado en conseguir sólo una cosa:

Venganza contra los tres que mataron a sus padres, hasta que los encuentra solo para enterarse que sin el ingrediente final, han sucumbido a la plaga.

Él espera por la muerte de los hombres, tentándolos con la promesa de la cura que nunca piensa entregar. Sorprendido por el vacío de la victoria cuando sus cuerpos sucumben, se vuelve hacia Tanya, buscando paz en sus brazos…

Cierro los ojos, determinada a bloquear todo el conocimiento que acabo de recolectar, pero es imposible, por mucho que lo intente. Porque saber que ellos fueron amantes por momentos por casi seiscientos años es una cosa.

Tener que ver como sucede… es otra.
Y aún cuando odio admitirlo, no puedo evitar notar como el viejo Edward con su crueldad, avaricia, y vanidad… tiene un horrible parecido con el nuevo Edward… el que me dejo por Jessica.

Y después de ver más de un siglo de ellos unidos por una lujuria y avaricia que no parece terminar, ya no estoy interesada en llegar a la parte en que nos conocimos.

Ya no estoy interesada en las versiones anteriores de mí. Si significa tener que ver otros cien años de esto, entonces simplemente no vale la pena.

Y justo cuando cierro los ojos y ruego… ¡Tan solo llévame al final! ¡Por favor! ¡No puedo soportar ver otro minuto de esto!... el cristal brilla mientras las imágenes borrosas pasan rápidamente por él, avanzando a tal velocidad e intensidad que apenas si puedo distinguir una imagen de la siguiente
Viendo solo un pequeño flash de Edward, Tanya, y yo en mis muchas encarnaciones… una morocha, una pelirroja, una rubia… todo pasa volando frente a mí… la cara y cuerpo irreconocibles, aunqu los ojos siempre parecen familiares.

Aún cuando cambio de opinión y pido que vaya más lento, las imágenes siguen pasando rápidamente. Culminando en una imagen de Emmett… sus labios curvados hacia atrás, sus ojos llenos de regocijo… mientras mira un ya muy viejo, muy muerto Edward.

Y entonces…
Y entonces… nada

El cristal se pone en blanco.

-¡No!- Grito, mi voz rebotando en las paredes del alto y vacío cuarto, haciendo eco. -¡Por favor!
Ruego. -¡Vuelve! Lo haré mejor. ¡De verdad! Prometo no ponerme celosa o enojarme. ¡Veré todo completo si tan solo vuelves atrás!

Pero no importa cuanto ruegue, no importa cuando pida verlo de nuevo, el cristal se ha ido, desapareció de la vista.

Miro alrededor, buscando a alguien que me pueda ayudar, alguna especie de bibliotecario que me ayude con los escritos akashic, aún cuando soy la única aquí. Dejando caer la cabeza en mis manos, preguntándome como pude ser tan estúpida para déjame llevar por mis celos e inseguridades nuevamente.

Quiero decir, no es que no haya sabido sobre Tanya y Edward. No es que no haya sabido que es lo que iba a ver. Y ahora, como fui demasiado cobarde como para aguantarlo y manejar a información delante de mí no tengo idea de cómo salvarlo.

Ni idea de cómo pudimos ir de una hermosa A a una tan horrible Z.
Todo lo que sé es que Emmett es responsable. Una confirmación patética de lo que ya había adivinado. De alguna manera ha debilitado a Edward, dando vuelta su inmortalidad. Y si quiero salvarlo, necesito tener una idea de cómo y por qué.

Porque si hay algo de lo que estoy segura es que Edward no envejece. Ha estado en la tierra por más de seiscientos años y aun parece un adolescente.

Dejo caer la cara en las manos, odiándome por ser tan insignificante, pequeña, tonta… odiosa y patética, que me robe a mi misma de las respuestas que vine a buscar. Deseando poder rebobinar toda la sesión y empezar de nuevo… deseando poder volver atrás…

-No puedes volver atrás
Me doy vuelta, escuchando la voz de Senna viniendo de mi espalda, y preguntándome como encontró el camino hasta este cuarto, hasta que me doy cuenta que ya no estoy en el espacio circular, estoy de nuevo en el hall. Unas mesas más lejos de donde los monjes, curas, shamanes y rabinos estaban.

-Y nunca debes adelantar hacia el futuro. Porque cada vez que lo haces, te robas a ti misma del viaje, el momento presente, que, al final, es todo lo que hay.
Me giro, preguntándome si ella se refiere a lo que paso con el cristal o a la vida en general.
Pero ella solo sonríe. -¿Estás bien?
Me encojo y miro hacia otro lado. O sea, ¿para que molestarme en explicar? Probablemente ella ya lo sepa de todas formas.

-No- Se apoya en la mesa y niega con la cabeza. -No sé nada. Lo que haya pasado ahí dentro es tuyo y solo para ti. Yo sólo te escuche llorar así que pensé en pasar. Eso es todo. Nada más, nada menos.

-¿Y donde esta tu gemela maldita?- Pregunto, mirando alrededor, preguntándome si no se estará escondiendo en algún lugar.
Pero Senna solo sonríe y me hace señas de que la siga. -Esta afuera, vigilando a tu amiga.

-¿Bree esta aquí?- Pregunto, sorprendida por lo aliviada que eso me hace sentir. Especialmente considerando como sigo enojada con ella por dejarme de esa forma.
Pero Senna solo me hace señas nuevamente, llevándome por la puerta del frente hacia fuera hacia los escalones donde Bree está esperando.

-¿Donde has estado?- Pregunto, mi pregunta sonando más como una acusación.
-Me desvié un poco.- Se encoge. -Este lugar es magnifico…- Me mira, deseando que me tranquilice y no me enoje, y desviando la mirada cuando se da cuenta que no será así.

-¿Como llegaste hasta aquí? Senna y Zafrina...- Pero cuando me doy la vuelta me doy cuenta que ya no están.
Me mira de soslayo, sus dedos jugando con los nuevos aros de oro en sus orejas. -Quería encontrarte, así que termine aquí. Pero no puedo entrar.- Se acerca a la puerta. -¿Así que este es el lugar? ¿Este es el hall que estabas buscando?

Asiento, viendo sus zapatos y cartera de diseñador, y enojándome cada vez más. Yo la traigo a Summerland así me ayuda a salvar la vida de alguien, y todo lo que ella quiere hacer es salir de compras.

-Lo sé,- Dice, respondiendo a los pensamientos en mi cabeza. -Me deje llevar, y lo siento. Pero estoy lista para ayudarte si todavía lo necesitas. ¿O ya conseguiste todas las respuestas que buscabas?
Presiono mis labios juntos y miro el suelo, meneando la cabeza cuando digo,

-Yo um… me encontré con algunos problemas.- Una ola de vergüenza me sobrepasa, especialmente cuando recuerdo como el problema fue por mi culpa. -Y me temo que estoy de nuevo donde empecé,- agrego, sintiéndome como la perdedora más grande del mundo.

-¿Quizás yo pueda ayudar?- Sonríe, apretando mi brazo para que sepa que es sincera.
Pero yo sólo me encojo, dudando que pueda hacer mucho a estas instancias.

-No te rindas tan fácilmente- Dice. -¡Después de todo esto es Summerland, todo es posible aquí!
La miro, sabiendo que es verdad, pero también sabiendo que tengo trabajo serio que hacer en casa en el plano de La Tierra. Trabajo que va a requerir toda mi atención y concentración, sin distracciones permitidas.

Así que mientras lidero la caminata para bajar los escalones, la miro y digo,

-Bueno, hay una cosa que puedes hacer.

2 comentarios:

  1. Fascinante ,me encanta gracias por publicar...Besos linda..

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  2. Gracias por publicar, ahora si siento que vamos a llegar a saber que pasa, casi me quedo de una Bella tonta con esos celos no permite que le aclaren todo, pero, bueno parece que Bree podra ayudar.
    Saludos desde Panamá

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Graciias por dejar tus palabras, estas hacen que quiera seguir escribiendo, y que cada día le ponga más ganas!!

Gracias al blog smilersheart.blogspot.com
por esta firma :)
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