Hola a todo aquel que se tome su tiempo para pasar por este humilde rincón. En este blog, se publicarán mis fics, esos que tanto me han costado de escribir, y que tanto amo. Alguno de estos escritos, contiene escenas para mayores de 18 años, y para que no haya malentendidos ni reclamos, serán señaladas. En este blog, también colaboran otras maravillosas escritoras, que tiene mucho talento: Lap, Arancha, Yas, Mari, Flawer Cullen, Silvia y AnaLau. La mayoría de los nombres de los fics que encontraras en este blog, son propiedad de S.Meyer. Si quieres formar parte de este blog, publicando y compartiendo tu arte, envía lo que quieras a maria_213s@hotmail.com

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viernes, 24 de febrero de 2012

Solos tú & yo * Capítulo 27





Adaptación

Capítulo 27:


No fui a la clase de arte. Me fui luego del almuerzo.

No, tacha eso. La verdad es que me fui en medio del almuerzo. Segundos después de mi horrible encuentro con Emmett, corrí hacia el estacionamiento (perseguida por un interminable coro de ¡torpe!), de un salto entré a mi auto y luego me alejé de allí a toda velocidad mucho antes de que la campana sonara.

Necesitaba alejarme de Emmett. Poner un poco de distancia entre ese espeluznante tatuaje y yo, ese complicado diseño del uróboro que aparece y desaparece en cuestión de segundos, igual que solía hacer el tatuaje que Tanya tenía en la muñeca.

El símbolo innegable que marca a Emmett como un inmortal malévolo, como había pensado.
Y aunque Edward no logró advertirme sobre ellos, él ni siquiera sabía que existían hasta que Tanya se volvió mala, todavía no puedo creer que me haya costado tanto tiempo descubrirlo. O sea, aunque él come y bebe, aunque su aura sea visible y sus pensamientos se puedan leer (bueno, al menos por mi), ahora me doy cuenta que todo eso era una fachada. Como esos edificios de Hollywood que están cuidadosamente construidos de manera que luzcan como algo que no son. Eso es lo que Emmett hizo: él proyectó a propósito toda esta falsa apariencia del chico inglés alegre y despreocupado, con su brillante aura y pensamientos felices y cachondos, cuando en realidad en el fondo él es todo menos eso.

El Emmett de verdad es siniestro y malvado.

Y todo lo que pueda aplicar como malo. Pero es aún peor el hecho de que él planea matar a mi novio y yo todavía no sé por qué.

Porque el motivo fue lo único que no logré ver en mi breve y perturbadora visita al interior de su mente.

Y el motivo sería algo muy importante si alguna vez me veo forzada a matarlo porque, para deshacerse de él por siempre, es imperativo golpear el chacra correcto y el no saber el motivo significa que podría fallar.

O sea, podría golpear el primer chacra -o el chacra raíz, como a veces le llaman- el centro de la furia, la violencia y la codicia. O tal ves el chacra ombligo, o el centro sacro, en donde vive la envidia y los celos. Pero como no tengo idea de cuáles son sus motivos, sería demasiado fácil golpear el chacra equivocado. Lo cual, no solo lograría que no lo matara, si no que también lo pondría increíblemente enojado y me dejaría con seis chacras más de dónde escoger y para ese entonces me temo que ya él me habría atrapado.

Además, matar a Emmett demasiado pronto solo me lastimará a mí, porque eso solo aseguraría que él se lleve consigo el secreto de qué le hizo a Edward y al resto de la escuela. Y eso es un riesgo del cual no me puedo dar el lujo, sin mencionar que, de todas maneras, tampoco me gusta mucho la idea de matar a alguien. Las únicas veces que tuve que recurrir a la violencia física fue porque mi única opción era luchar o morir. Y tan pronto me di cuenta de lo que le había hecho a Tanya, deseé no tener que volver a hacerlo nunca. 

Porque, aunque ella me había matado en todas mis vidas anteriores, aunque ella admitió que mató a toda mi familia -incluyendo a mi perro- eso no hace mucho por aliviar mi culpa. O sea, el saber que yo soy la responsable de su muerte me hace sentir horrible.

Y cómo otra vez estoy básicamente en dónde empecé, decidí volver al principio, girando a la derecha en Coast Highway y dirigiéndome a la casa de Edward, planeando sacar provecho del próximo par de horas mientras ellos aún están en la escuela, colarme en su casa e investigar todo.

Me detengo en el puesto del guardia, saludo con la mano y continúo hacia la entrada, asumiendo con naturalidad que esta se abrirá ante mí, pero tengo que utilizar los frenos de sopetón para evitar dañar la parte frontal de mi auto porque la entrada se mantiene cerrada.

-Disculpa. ¡Disculpa!- Grita el guardia, apresurándose hacia mi auto como si yo fuera una especie de intrusa, como si nunca me hubiera visto cuando la verdad es que, hasta la semana pasada, yo estaba aquí casi todos los días.

-Solo voy a casa de Edward, así que si me pudieras abrir la entrada, estaría de camino en...

Ella me mira con sus ojos entrecerrados y sus labios presionados hasta formar una fina línea.

-Tendré que pedirte que te vayas.

-¿Qué? ¿Pero por qué?

-Estas fuera de la lista- ella dice, con sus manos plantadas firmemente en sus caderas y su cara no revela ni la más mínima señal de remordimiento después de todos esos meses de sonrisas y saludos.

Yo me quedo allí sentada, con mis labios presionados, permitiéndome procesar bien las palabras.

Estoy fuera de la lista. Estoy fuera de la lista permanente. Estoy en la lista negra, o como quiera que se le diga cuando tienes prohibido por tiempo indefinido el acceso a una gloriosa comunidad con acceso controlado.

Lo cual ya es malo de por si, pero es aún peor el tener que escuchar por medio de la enorme guardia la noticia de nuestro rompimiento oficial, en lugar de que sea Edward quién me lo diga.

Yo miro a mis muslos y aprieto la palanca de cambios tan fuerte, que este amenaza con reventar en mis manos. Luego trago con dificultad y la miro mientras digo:

-Bueno, como obviamente ya te habrán informado, Edward y yo terminamos, pero yo solo quería ir a su casa rapidito y tomar algunas de mis cosas porque como podrás ver...- Yo abro mi bolso y rápidamente meto mi mano -Todavía tengo la llave.

La alzo en lo alto, observando como el sol se refleja en el dorado y brilloso metal, demasiado atrapada en mi propia mortificación para prever que ella extiende su mano y me arrebata la llave.

-Ahora, te pido muy amablemente que salgas de los alrededores- ella dice, guardando la llave en su bolsillo y su forma es aún visible mientras la tela se presiona contra sus pechos de Mamut y ni siquiera me da tiempo para que mi pié presione el pedal de la gasolina y alejarme de allí antes de que ella añada: -Vete ahora. Retrocede. No me hagas pedírtelo otra vez.


1 comentario:

  1. Hola: Gracias por actualizar me encanta esta historia, aunque aveces no la entiendo, pero, please cuando vamos a ver reconciliación y cuando Emmett va pagar lo que esta haciendo.
    Saludos desde Panamá

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Graciias por dejar tus palabras, estas hacen que quiera seguir escribiendo, y que cada día le ponga más ganas!!

Gracias al blog smilersheart.blogspot.com
por esta firma :)
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