Hola a todo aquel que se tome su tiempo para pasar por este humilde rincón.
En este blog, se publicarán mis fics, esos que tanto me han costado de escribir, y que tanto amo.
Alguno de estos escritos, contiene escenas para mayores de 18 años, y para que no haya malentendidos ni reclamos, serán señaladas.
En este blog, también colaboran otras maravillosas escritoras, que tiene mucho talento: Lap, Arancha, Yas, Mari, Flawer Cullen, Silvia y AnaLau.
La mayoría de los nombres de los fics que encontraras en este blog, son propiedad de S.Meyer.
Si quieres formar parte de este blog, publicando y compartiendo tu arte, envía lo que quieras a maria_213s@hotmail.com
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viernes, 30 de septiembre de 2016
Nuevo blog, nos trasladamos!
Hola mis amores!
Tengo nuevo blog, he llegado a la conclusión que para empezar de cero, hay que dejarlo todo atrás... así que he vuelto con más fuerza en mi nuevo rincón!
http://elrincondeunaindignada.blogspot.com
Por favor pasar por ahí y comentar todo lo que queraís, la verdad es que os hecho de menos....
Este blog no se cerrara para nada, como todos sabéis este lugar ha llevado muchisimas horas, y mucha gente ha participado en él, y lo amo como si fuera mi hijo! No digo que nueca más vuelva ha publicar nada aquí, quien sabe, el futuro es incierto y nunca se sabe.
No se que más decir sin emocionarme... es díficil dejar atrás una etapa tan importante de tu vida...
Dicho todo esto, de verdad os espero en mi nuevo hogar http://elrincondeunaindignada.blogspot.com
Y... nos leemos pronto!
Os amo!!
jueves, 15 de septiembre de 2016
Tus ojos * Poema
Tus ojos...
Oh tus ojos...
Siempre son tus ojos esos que me guían pero a la vez hacen que me pierda...
Tus ojos...
Tan claros...
En los que puedes ver tu alma y mi alma reflejada...
Tus ojos...
Tus profundos ojos...
Esos que me dicen te quiero, esos que brillan, que me excitan...
Oh tus lindos ojos...
Esos que sin palabras lo dicen todo...
Tus ojos...
Oh tus ojos...
Oh tus ojos...
Siempre son tus ojos esos que me guían pero a la vez hacen que me pierda...
Tus ojos...
Tan claros...
En los que puedes ver tu alma y mi alma reflejada...
Tus ojos...
Tus profundos ojos...
Esos que me dicen te quiero, esos que brillan, que me excitan...
Oh tus lindos ojos...
Esos que sin palabras lo dicen todo...
Tus ojos...
Oh tus ojos...
sábado, 23 de julio de 2016
Recomendaciones de FanFiction #2
Título: Coming Home
Autor: Osbelys
Categoría: Twilight
Rating: M
Lenguaje: Español
Género: Romance/Relaciones
Capítulos: 114
Palabras: 134k+
Favoritos: 578
Comentarios:3k+
Última publicación: 19/7/2016
Primera publicación: 28/1/2016
Story ID: 11757405
Status: En progreso
Protagonistas: Bella, Edward
Summary: TRADUCCIÓN. Bella, una maestra, le envía un paquete y una carta a Edward, un sargento del ejército que está designado en Afganistán. Así comienza una relación a través de cartas, llamadas telefónicas y videollamadas.
Autor: Osbelys
Categoría: Twilight
Rating: M
Lenguaje: Español
Género: Romance/Relaciones
Capítulos: 114
Palabras: 134k+
Favoritos: 578
Comentarios:3k+
Última publicación: 19/7/2016
Primera publicación: 28/1/2016
Story ID: 11757405
Status: En progreso
Protagonistas: Bella, Edward
Summary: TRADUCCIÓN. Bella, una maestra, le envía un paquete y una carta a Edward, un sargento del ejército que está designado en Afganistán. Así comienza una relación a través de cartas, llamadas telefónicas y videollamadas.
miércoles, 20 de julio de 2016
Recomendaciones de libros #2 * Latidos
Título: Latidos
Autor: Francesc Miralles y Javier Ruescas
Editorial: Ediciones SM
Publicación: 2016
Páginas: 224
Precio: 9,95€
Summary:
¿Y si la persona
correcta... estuviera a la distancia equivocada? Una novela escrita al cien por
cien en mensajes cortos... ¡y alguna que otra sorpresa!
Remo acaba de cruzarse con
Carol en el aeropuerto. ¿Lo bueno? Han conectado. ¿Lo malo? Remo va de camino a
Los Ángeles para tomarse un año sabático mientras que Carol viaja a Japón para
vivir con su padre. ¿Qué puede pasar entre dos desconocidos que están en la
otra punta del mundo? ¿Qué pueden saber el uno del otro por las fotos que
cuelgan en HeartPic o las entradas que escriben en BlogBits? ¿Y por qué cada
vez que reciben un mensaje en HeartBits su corazón parece dejar de latir?
martes, 19 de julio de 2016
My favourite Mistake * Capítulo 2
Hola a todos! Espero que les guste esta nueva adaptación
:)
Les deseo un feliz día! Besos!
N/A: Nada de esto es
mío, los personajes pertenecen a Meyer, y la historia a CM Cameron.
¿ Qué pasa con todas las cosas de pavo real?
Era una hora más tarde y estaba atrapada con Jacob igual que
cuando había entrado por la puerta. Incluso había bajado a la residencia, que
se encontraba justo bajando la colina desde nuestro dormitorio, pero no había
nadie ahí. Demasiado ocupados asegurándose de que los estudiantes de primer año
no colapsaran bajo el peso de sus masivos aparatos electrónicos cuando los llevaran
por el pasillo, sin duda.
Hacía mi mejor esfuerzo para ignorar a Jacob, pero no se
callaba.
Claramente, era uno de esos tipos a los que les gustaba
hablar.
—¿No sabes que las plumas de pavo real son de mala
suerte? —Por el rabillo de mi ojo, su bíceps con el siete tatuado se flexionaba
mientras sacaba un par de camisetas de su baúl.
Sí, sabía que eran de mala suerte para la mayoría de la
gente. No era de su incumbencia porque las tenía por todas partes, incluso en
mi edredón, colgados en los marcos de la pared y ensartadas en un atrapa sueños
que mi hermana me había regalado. No era de su maldita
incumbencia.
Deseaba que Tanya estuviera aquí. Mi hermana habría
sabido exactamente que decir a Jacob para conseguir que se fuera. No podía salir
de su trabajo como asistente legal y mamá tampoco podía salir del trabajo.
Supongo que pensaron que desde que era una estudiante de
segundo año, mudarme no era gran cosa. Aun así, extrañaba
a Tanya.
—¿Estás enojada conmigo, Missy?
El apodo era el colmo. Me di la vuelta y lancé una mirada
asesina hacia él. —Mira, no te conozco, tú no me conoces. Tan pronto como sea humanamente
posible, te voy a sacar de aquí, ¿Entendido? No soy tu bebé. No soy una de esas
chicas a la que le puedes sonreír y con la cual meterte en la cama. ¿Entiendes?
Mantente jodidamente lejos de mí.
Esos ojos azules quemaron dentro de mí. Era el tipo de
persona que podía ver cosas que otras no podían, cosas que he pasado toda mi
vida encubriendo y ocultando a la gente. Sólo había conocido a algunas personas
que podían ver más allá de mi fachada cuidadosamente cultivada. Había caído en
la mayoría de ellas como un mal habito, con la excepción de uno. Tendría que
aplastar esto lo antes posible antes de que él decidiera que pudiera querer ver
lo que el mundo me había hecho para enfadarme tanto.
—Es un poco difícil mantenerme lejos de ti cuando estamos
viviendo en el mismo lugar —dijo.
—Yo. Sé. Eso —le dije con los dientes apretados.
Levantó sus manos. —No te enfades conmigo. El destino
eligió tu nombre.
—No creo en el destino.
Se echo a reír. —Yo tampoco. Sólo creo en la suerte.
—Señalo el siete en su brazo—. Nunca se puede ser demasiado cuidadoso.
—No creo en la suerte tampoco.
—Es evidente.
Fuimos interrumpidos por una voz resonante. Jacob pasó
por encima del caos que todavía cubría el suelo y asomó la cabeza por la
puerta.
—Sam, hombre, ¿qué te tomó tanto tiempo? ¿Te perdiste?
Una voz masculina respondió. —No, sólo me retrasé. ¿Este
es tu lugar?
Claro, sólo venga todo el mundo.
—No, tan sólo entré en un cuarto al azar y comencé a
poner mis cosas en él. Sí, este es mi lugar.
Entró en la sala de estar y lo seguí. Emily y Rosalie surgieron
de su habitación. Había oído muchos golpes y gritos por lo que probablemente habían
estado colgando los marcos con fotografías de Emily con sus especificaciones
exactas.
De pie en nuestra puerta estaba un tipo que parecía que
podría haber sido el hermano de Jacob. Su cabello era un poco mas claro, su figura
un poco corpulenta y sus ojos un poco más oscuros, pero no había duda del
parecido.
—¿Y quienes son estas bellas damas? —dijo el chico nuevo.
—Se trata de Isabella, Emily y Rosalie, mis compañeras de
cuarto —respondió Jacob, señalando a cada una de nosotras.
—Oye amigo, ¿hablas en serio? ¿Cómo demonios eres siempre
tan afortunado?
—Naciendo bajo la estrella correcta —dijo Jacob—. Este es
mi primo, Sam.
—Encantada de conocerte, Sam —dijo Rosalie, saltando
hacia adelante para darle la mano. Sam la tomó y le estrechó la mano, mirando
un poco aturdido—. Soy Rosalie.
—Encantado de conocerte, Rosalie. Supongo que tú debes
ser Emily—dijo señalando a Emily, quien saludó con la mano—. Y tú debes ser
Isabella. He oído hablar mucho de ti.
¿Cómo pudo? Mire a Jacob que puso cara de inocente. —Fue
muy amable de tu parte aceptar a mi pobre desafortunado primo, en su momento de
necesidad. Pensé que iba a ser capaz de dormir en mi sofá, pero uno de mis
compañeros se lo dio a otro chico que estaba dispuesto a
pagar para quedarse y fui rechazado. Lo siento, hombre.
—Está bien —dijo Jacob.
Por primera vez desde que lo conocí, pude ver algo más
que a un idiota engreído. Una persona real. Pero esa persona había desaparecido
detrás de una cara arrogante antes de que pudiera estudiarlo más de cerca.
—Puedo ver eso. ¿Necesitas ayuda?
—Creo que estoy bien —dijo Jacob.
Rosalie saltó hacia adelante. —Me vendría bien un poco de
músculo. Mi cama está un poco torcida y no puedo ponerla en el lugar correcto. ¿Quieres
echarme una mano? —Se retorció de lado a lado, como si le estuviera mostrando
lo que podría ser suyo si él obedecía, Jesús, era tan
obvia.
—Claro, no hay problema.
Con eso, dejamos que otro tipo extraño entrara en nuestro
apartamento. Le di la espalda y volví a mi habitación, esperando que nadie más
estuviera pensando en aparecerse.
Jacob me siguió.
—¿Tienes hambre? Pensaba conseguir algo de Pat ́s. Los
repartidores probablemente están agobiados, así que podría ir a buscarlo. Yo
invito — dijo mientras cogía unas cuantas camisetas para ponerlas en su
armario.
¿Trataba de ser amable conmigo? ¿Sentía lástima por mí?
Lo miré fijamente, tratando de averiguarlo.
—¿Te gusta el pepperoni? —Su voz había perdido ese borde engreído.
Era más suave y... No. Era el mismo. Todavía trataba de jugar conmigo. Sabía
como eran esos tipos. Sólo eran agradables, hasta que conseguían lo que querían
y si no conseguían lo que deseaban, lo tomaban.
—Soy vegetariana —le dije y me fui al baño, sólo para
poder escapar de él.
Al pasar por la habitación de Emily y Rosalie, escuché a
Sam diciendo algo que las hizo reír. Genial. Simplemente genial. Cerré la
puerta del pequeño cuarto de baño y me apoyé en el lavabo. Estaba perdiendo el
control. Me miré en el espejo. La horrible iluminación no hacía mucho por mi
piel, pero realmente no hacía mucho por cualquiera. Me eché un poco de agua en
la cara y luego salté sobre el lavabo, colocando mi espalda contra el espejo.
En cuestión de unos minutos mi segundo año se había puesto completamente al
revés.
¿Qué iba a hacer? Este chico extraño acababa de invadir
mi vida.
No mi vida, pero sí mi espacio. Nuestra habitación era
más pequeña que un dormitorio de doble-tamaño. Estaríamos pasando por encima
uno del otro todo el tiempo. Me vería cuando despertara por la mañana. Su voz sería
la última que escuchara cuando me fuera a la cama. Iba a ver ese maldito
tatuaje y esa sonrisa todo el tiempo. Jacob
Black sería lo último que viera cuando fuera a la cama y lo primero que vería
cuando me despertara. Eso no iba a pasar.
Un golpe en la puerta me hizo saltar y me golpeé la parte
trasera de mi cabeza contra el espejo.
—¿Estás bien ahí? —dijo Jacob.
—Jesús Cristo, ¿No me puedes dejar en paz? —Bajé del
lavabo y abrí la puerta.
—Voy a hacer un trato contigo, Missy.
—¿Por qué iba a querer hacer un trato contigo?
Sonrió, como si hubiera esperado que yo dijera eso.
—Sólo escúchame. Si puedes probarme que me odias, absolutamente
me odias, entonces me iré. Encontraré un sofá donde dormir.
Resoplé. —Eso debería ser fácil, puedes ir a empacar tus
cosas ahora.
—No has escuchado el resto del trato. Si puedes probarme
que me amas, absolutamente me amas, me iré. —Por primera vez su rostro era serio.
—¿Estás jodidamente bromeando? Nunca, jamás amaría a un
tipo como tú. —Nunca lo haría, jamás amaría a nadie, pero eso no venía al caso.
—Demuéstralo. Si puedes probar cualquiera de esas cosas
para el final del semestre, me iré.
—Tu trasero estará fuera de aquí antes de eso.
Su sonrisa era fácil. Estaba jugando conmigo.
—Tal vez, tal vez no. Pero pareces el tipo de chica a la
que le gusta un desafío.
El espacio del pequeño baño se contrajo a mí alrededor,
las paredes nos empujaban más cerca. Dio un paso hacia mí y luego otro.
Retrocedí hasta que mis piernas golpearon el inodoro.
—Pruébalo. Demuéstrame que me odias. —Su voz era suave y
sus ojos eran demandantes. Mi respiración se volvió desesperada y mi visión se redujo
a esos ojos azules. Algo se rompió y mi instinto de lucha se hizo cargo.
Antes de que pudiera acercarse más, me eché hacia atrás y
estrellé mi puño en su mandíbula y mi rodilla en su ingle. Se dobló,
agarrándose su cara y sus pelotas. —Jódete, te odio. Nunca me arrincones de
nuevo. ¡Hijo de perra! —En su comprometida posición, fui capaz de empujar a su alrededor
y abrir la puerta para encontrar tres rostros aturdidos.
—¿Qué le hiciste? —dijo Rosalie.
—Nada —dije, empujando por delante de ellos y corriendo
por el pasillo. Bajando las escaleras y saliendo del edificio. Mis pulmones
tiraron como si hubiera estado corriendo varios kilómetros en el gimnasio y
sólo acababa de permitirles descansar. Puse mis manos sobre mis rodillas y jadeé,
sintiendo como si mis pulmones nunca estuvieran llenos de nuevo.
Las personas me daban miradas extrañas mientras
descargaban sus pantallas de lámparas, las almohadas y los cajones de cama de
sus coches. Los ignoré y comencé a caminar por la banqueta hacia el estacionamiento.
Y marqué el número de Tanya, esperando que estuviera
en su hora de almuerzo.
—Hola, Kid, ¿Cómo va la mudanza? —La voz de Tanya trajo
calma instantánea, al igual que su uso de mi apodo. Todos en mi familia siempre
me habían llamado Kid.
—No creerás el día que he tenido.
—Cuéntame —dijo sin dudarlo.
Procedí a contarle mi versión de los acontecimientos del
día, incluyendo el puñetazo Jacob. Tuve que sostener el teléfono con mi mano izquierda
porque mi mano derecha había comenzado a hincharse por su encuentro con la
mandíbula de Jacob. Iba a necesitar un poco de hielo pronto. Me sorprendió que
nadie me persiguiera, pero Emily y Rosalie sabían acerca de mis inesperadas
salidas. Sabían dejarme en paz y darme mi espacio. No había sido la primera vez
que me habían visto así. Traté de mantener la mayor parte de ello bajo control,
pero Jacob había presionado mis botones. Nunca nadie me arrinconó en un espacio
pequeño y salió ileso.
—Oh, Kid, ¿por qué hiciste eso?
—Me acorraló, ¿qué se supone que debía hacer? —Mi mano
estaba roja y comenzaba a adquirir un precioso tono morado.
—Podrías haberle dicho que retrocediera. Hubiera sido lo
más lógico para hacer.
—Tú sabes que no soy una persona lógica.
—No me digas —suspiró y la escuché comiendo algo—. ¿No
crees que deberías hablar con alguien de nuevo? —Me había preguntado lo mismo
por lo menos mil veces.
—Debido a que funcionó tan bien antes. No, gracias.
Tanya suspiró de nuevo. Finalmente encontré mi coche,
Sassy, un Dodge Charger rojo, en el estacionamiento y presioné el botón de desbloqueo.
Me senté en el asiento del conductor con la puerta abierta, charlando con Tanya
sobre la mudanza y cosas estúpidas. Cualquier cosa menos Jacob.
Podía hablar con ella durante horas todos los días y
todavía encontraría algo que decir. Teníamos seis años de diferencia y éramos
tan cercanas como dos personas podían serlo sin ser gemelos. No es que nuestras
personalidades fueran similares, porque no lo eran. Tanya era más bonita, más
inteligente y más popular. Yo era más chiquita, no tan bonita y enojona.
Intentaba no estar tan enojada y no lo estaba la mayor parte del tiempo, pero a
veces eso sólo sucedía. Como Jacob había echo que sucediera hoy.
—¿Cuándo vas a venir a verme? —pregunté.
—Probablemente este fin de semana. ¿Almuerzo en Margarita?
—Era uno de nuestros favoritos semi-cadena restaurantes Mexicanos.
—Acepto. Oye, me olvidé por completo de traer ese lindo
par de pantalones de pijama y el top que va con él. ¿Puedes pasar por casa y conseguirlos
por mí?
—Supongo que sí. ¿Vas a comprar mi almuerzo?
—Supongo que sí —le dije.
—Oye, me tengo que ir. Pero llámame esta noche. Llámame
antes de que golpees a alguien de nuevo, ¿de acuerdo? Vas a tener que controlarte
si vas a vivir con ese chico. Además, probablemente deberías poner hielo en tu
mano.
—No estoy viviendo con él.
—Sí, nena, lo están un poco. A menos que ganes la
apuesta. ¿Cómo demonios vas a salir de eso?
—No tengo ni una jodida idea. Técnicamente no lo acepté.
—Creo que tú dándole un puñetazo y pateándolo en las
pelotas fue una especie de apretón de manos.
—Lo que sea. Te llamaré más tarde. Manda un texto si
quieres.
—Adiós, Kid.
—Adiós Tan. —Di clic a mi teléfono y apoyé mi cabeza en
mi volante.
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