Adaptación
CAPITULO 30
La
enorme desilusión que sentí cuando toque a esa mujer de cabello negro rojizo en el hombro solo
para descubrir que ella no era Bree, me hizo comprender justamente
cuanto necesito hablar con ella.
Así que salgo de Summerland y regreso a tierra a mi auto.
Deslizándome en el asiento del conductor
justo en frente del supermercado Joe’s en el estacionamiento
Crystal Cove Promenade, donde
una sobresaltada compradora confiada deja caer vergonzosamente sus
bolsas, esparciendo numerosas
latas de café y sopas debajo de la hilera repleta de autos. Y me
prometo a mi misma que desde
ahora, me asegurare de que mis salidas y entradas sean un poco más
discretas.
Cuando
llego a donde Bree, ella se encuentra en medio de una lectura, así
que espero en su brillante y
resplandeciente cocina mientras ella termina. Y aun cuando se que
esto no es asunto mío, aun cuando
se que no debería husmear, salgo justamente por mi remota cuenta, y
accedo a su sesión, sorprendida
por la cantidad de exactitud y detalles que Bree proporciona.
-Impresionante- digo, después de que su cliente se ha ido y ella entra en la cocina
para
acompañarme. -Muy impresionante. En serio, no tenía ni idea.- Sonrió,
mirando mientras ella
desempeña
su habitual ritual de llenar la tetera para hervir, y luego poniendo
algunas galletas en un plato
y empujándolo hacia mí.
-Ese
es un verdadero cumplido viniendo de ti- sonríe, tomando asiento
justo en frente de mi.
-Aunque
sí recuerdo bien, también te di una lectura bastante exacta una
vez.
Alcanzo
una galleta, sabiendo que eso era de esperarse, y cuando lamo los
pequeños trocitos de azúcar
de encima, no pueda dejar sentir tristeza de que ya no tenga el
encanto que solía tener.
-¿Recuerdas
esa lectura? En la noche de Halloween?- ella me mira de cerca.
Asiento.
-¿le
dijiste a tu cliente que ella está destinada a ser una perdedora?- parto la galleta por la mitad.-Que
él la engaña con alguien que ella piensa que es una amiga y que
ella debería deshacerse de ambos
lo más pronto posible?- pregunto, quitando algunas migajas que
cayeron en mi regazo.
-Literalmente,- dice ella, levantándose para ir en busca de nuestro te al momento en
que la olla empieza
a silbar. -Aunque solo puedo esperar a que aprendas a suavizar el
mensaje si alguna vez decides
dar lecturas.
Hago
una pausa, superando una repentina punzada de tristeza cuando
comprendo justamente hace cuanto
ha sido la última vez que pensé en mi futuro, en lo que podría
querer ser cuando creciera.
Pase
por tantas fases – queriendo ser una guardabosques, maestra,
astronauta, supermodelo, estrella
pop – la lista era interminable, pero ahora que soy inmortal, ahora
que estoy en condiciones de
probar todas esas cosas en el transcurso de los próximos mil años –
o más – ya no siento esa ambición.
Últimamente,
en todo lo que he estado pensando es en cómo recuperar a Edward. Y
ahora, después de
este último viaje a Summerland, en todo lo puedo pensar es en volver
a mi viejo yo, quiero decir, tener
el mundo entero a mis pies no es tan atractivo cuando no hay nadie
con quien compartirlo.
-Yo
– todavía no estoy segura de lo que quiero hacer. Realmente no he
pensado en ello.
Miento, preguntándome
si será fácil para mí volver a mi antigua vida – si decido
regresar a ella, es eso. Y si todavía
querré ser una estrella pop como solía ser, o si los cambios que he
experimentado aquí seguirán
allí. Pero cuando miro a Bree, viendo como ella levanta su taza a sus
labios y sopla dos veces
antes de beber a sorbos, recuerdo que no he venido aquí para hablar
de mi futuro, vine para hablar
de mi pasado. Decidí brindarle mi confianza y compartir algunos de
mis más grandes secretos.
Convencida no solo de que puedo confiar en ella sino que ella podrá
ayudarme también.
Porque
la verdad es, que necesito alguien con quien pueda contar. No hay
manera en que pueda hacerlo
sola. Y no se trata de ayudarme a decidir si debería quedarme o ir,
porque comienzo a comprender
que realmente no tengo más opción. Me refiero al pensar en dejar a Edward – al pensar que
nunca lo veré de nuevo – es casi tan doloroso de lo que puedo
soportar.
Pero
cuando pienso en mi familia, y en como sacrificaron inocentemente sus
vidas por mi – ya sea a causa
de una estúpida sudadera azul por la que insistí a papa a regresar,
que finalmente causo el accidente
que mato a todos – o porque Tanya intencionalmente echo a correr el
ciervo delante de nuestro
auto para que pudiera deshacerse de mí y tener a Edward para ella –
siento que tengo que hacer
algo y hacerlo bien.
Porque
de cualquier manera en que lo mires, conduce de vuelta a mí, es mi
culpa que ellos no vivan sus
vidas, es mi culpa que su radiante y brillante futuro fue cortado tan
trágicamente. Si no hubiera estado
en el camino, nada de esto hubiera pasado. El hecho de que tenga que tomar la decisión
demuestra que tengo que sacrificar
mi futuro con Edward para que ellos puedan tener el suyo.
Es
lo correcto.
Es
lo único que hay que hacer.
Y
de la manera como van las cosas, con mi destierro social de la
escuela, Bree es casi el único amigo que
me queda, lo que significa que la necesitare para reconstruir algunas
piezas perdidas que pude dejar
atrás.
Llevo
la taza a mis labios, y luego de nuevo abajo sin beber. Trazando mis
dedos alrededor de la curva
de la porcelana mientras suspiro profundamente y digo:
-Creo que
alguien está envenenando a Edward- miro sus perturbados ojos mientras ella bosteza. -Cre... Creo
que alguien está manipulando
su “Elixir” su bebida favorita. Y lo esta haciendo actuar “Mortal”, normal, pero no de
una buena manera.- presiono mis labios y me acomodo en mi asiento,
dándole apenas una oportunidad
para respirar cuando digo -Y desde que tengo prohibida la entrada,
voy a necesitarte para
que me ayudes a forzar la entrada.
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