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Este fic es completamente propiedad de Mari del blog http://sangreyhielo.com.es
Los personajes son propiedad de la espectacular Meyer.
Tengo permiso de la autora para publicar su historia en mi humilde rincón que es este blog.
Dicho todo esto, espero que la disfruten!^^
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CAPÍTULO 21: Fantástico fin de domingo
Una vez estuvo el dormitorio iluminado y aromatizado por las
velas y yo vestida con el culot, el sostén, el ligero todo rojo y las medias y
después todo cubierto con la bata de seda negra, Alice me dio el visto bueno.
-Estas perfecta, a Edward le va a encantar.- me dijo
soltando mi cabello de la cola en la que lo llevaba cogido
-Eso espero.- le dije cerrando bien la bata para que no se
viera nada antes de tiempo.
-Confía en ti, ¿si?.- me dijo sonriéndome.- Va a estar todo
fenomenal ya lo veras.
-Confió en mi, tranquila.- le dije sonriéndole
-Ya vienen. Aunque Edward no ha entrado, solo han entrado
Carlisle y Esme que se están arreglando, el esta en el jardín.- me dijo
-Alice ¿Por qué no ha entrado? ¿Qué hace en el jardín?.- le
pregunte nerviosa
-Bueno….quiere sorprenderte.- me dijo
-Vale pues entonces haber que me trae o que hace.- le dije
sonriendo
-Me voy Bella que ya ha entrado Edward y se esta despidiendo
de Carlisle y Esme que se van a la cena y de los demás que me están esperando
para que nos vayamos de caza.- me dijo antes de salir por la puerta del
dormitorio y cerrándola al salir.
-Hasta mañana Alice.- le dije antes de que cerrara la puerta
y me mire de nuevo en el espejo antes de tumbarme en la cama dejando al
descubierto mis piernas y apagando la luz para que la habitación quedara
iluminada por las velas solamente.
Al segundo de haber apagado la luz, escuche cerrarse la
puerta de la casa y al instante se escucho abrirse la puerta del dormitorio
-Bella ¿estas aquí?.- pregunto al abrir la puerta e ir a
encender la luz, al ver la habitación iluminada por velas
-Si estoy aquí, pero no vayas a encender la luz.- le dije lo
mas seductoramente que pude.- no nos hace falta.- le dije a la vez que me senté
en los pies de la cama y veía a Edward acercarse hacia la cama con la boca
abierta al ver que fui a gatas hasta donde lo iba a esperar.
-Ummmm…- me dijo Edward dejando caer las dos rosas que
llevaba en la mano que eran seguramente mi sorpresa y tragando ruidosamente
-¿No te gusta lo que ves, cariño?.- le dije dejando que la
bata se abriera un poco
-Eh… si, si claro que me gusta, te ves como una diosa y
mucho mejor que lo que me ha mostrado Alice esta mañana…- me dijo mirándome de
arriba abajo con deseo y produciendo que un escalofrío recorriera mi espalda
ante su mirada.
-Si….?.- le dije dejando que la bata resbalara
por unos de mis hombros mientras Edward se terminaba de acercar a los pies de
la cama.
-Si, me gustas mucho, demasiado como para poder estar mas
tiempo sin tener tu cuerpo pegado al mío, besarlo…, tocarlo…, desnudarlo…- me
dijo tomándome de la cintura, levantándome de la cama, pegándome a su cuerpo y
besándome apasionadamente.
-Edward…- le dije al notar una de sus manos bajar hacia mi
trasero al ver como la bata había caído al suelo al levantarme de la cama y
quedándome solamente con la lencería.
-Me encanta como te sienta esta ropa interior, pero creo que
va estar mejor en el suelo.- me dijo mientras iba haciendo un camino de besos
desde mis labios hasta mis caderas a la vez que me quitaba las medias y el
ligero.
-Pero estamos en desventaja.- le dije al verlo
todavía vestido.
Viéndolo al instante desnudo y su ropa esparcida por el
suelo a nuestro pies.
-Ya no cariño.- me dijo dejándome a mi también completamente
desnuda.- ya no
Y comenzamos a besarnos y a recorrer nuestros cuerpos como
si quisiéramos memorizar cada rincón del cuerpo del otro como si aun no lo
tuviéramos memorizado, mientras nos dejábamos caer en la cama
-Bella, te amo.- me dijo Edward mientras entraba en mi y yo
gemía al sentirlo
-Yo también, Edward.- le dije casi sin respiración debido a
la excitación y al vaivén que producían nuestros cuerpos para unirse y formar
uno solo hasta llevarnos a un clímax tan maravilloso que nos dejo agotados
sobre todo a mi ante el inmenso placer que sentimos.
Después de que yo recuperara un poco la respiración
Edward salio de mi cuerpo y se tumbo junto a mi sin dejar de mirarnos a los
ojos y sonreírnos, mientras yo me acomodaba contra su cuerpo y me quedaba
felizmente durmiendo casi al amanecer.
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