·
·
·
La autora dice: Los personajes son de la magnifica Meyer. Continuació de "Por y para siempre". Adapatción
·
·
·
CAPÍTULO 43
Entro a la calle de Emmett, me estaciono frente a su casa, me apresuro hacia su puerta y la derribo
de una patada, mientras observo como la madera se agrieta y se hace astillas mientras se deshace
de sus goznes y se tambalea abierta ante mí y espero poder atraparlo por sorpresa para poder
golpear todos sus chacras y terminar con él de una buena vez.
Entro sigilosamente mientras mis ojos registran todo mi alrededor, reparando en las paredes de color
cáscara de huevo, jarrones de cerámica llenos de flores de seda, copias enormes de The Starry
Night de Van Gogh, The Kiss de Gustav Klimt y una enorme réplica de The Birth of Venus de
Botticelli enmarcada en oro y colgada justo sobre la mesa. Todo ello aparentando tanta normalidad,
que no puedo evitar dudar si he entrado en la casa equivocada.
Yo esperaba ver una casa polvorienta con una decoración post-apocalíptica, con sillones de cuero
negro, mesas cromadas, muchos espejos y arte confuso. Algo con mucho brillo y bohemio, cualquier
cosa menos este alborotado palacio; es imposible imaginar que alguien como Emmett vive aquí.
Recorro la casa, verificando cada habitación, cada armario, incluso bajo las camas. Pero cuando es
claro que él no está en la casa, me dirijo directo a su cocina, encuentro su suministro de jugo
inmortal y los vacío en el fregadero. Sé que es infantil, inútil y probablemente no haga ni la más
mínima diferencia porque al momento que regrese al pasado todo también ira en reversa, pero si
esto le causa un poco de inconveniencia, al menos él sabrá que esa inconveniencia la causé yo.
Luego rebusco en sus gavetas hasta encontrar un pedazo de papel y bolígrafo porque necesito
hacer una lista de todas las cosas que no me puedo dar el lujo de olvidar. Una simple lista de
instrucciones que no sean muy confusas para alguien que probablemente no recuerde lo que
signifique y aún así sea lo suficientemente claro y conciso para evitar que yo repita otra vez los
mismos errores.
Así que escribo:
1. ¡No regreses por la sudadera!
2. ¡No confíes en Tanya
3. Sin importar qué pase, ¡no regreses por la sudadera!
Y luego, para no olvidarlo por completo y deseando que esto pueda traer algún tipo de recuerdo,
añado:
4. Edward
Después de verificar una vez (y otra más), asegurándome de que todo esté ahí y no se ha quedado
nada, lo doblo en un cuadrado, lo guardo en mi bolsillo y me dirijo a la ventana para mirar al cielo sin
sol que se ha vuelto de un azul oscuro con la luna llena colgando a un lado. Luego, sabiendo que ya
es hora, respiro profundamente y me dirijo al feo sofá de estampado floral.
Cierro mis ojos y extiendo mi mano hacia la luz, deseando sentir por última vez ese glorioso
resplandor mientras aterrizo en la suave grama de ese vasto y fragante campo. Auxiliada por su
flotabilidad y rebote, voy corriendo, saltando y girando a través del prado, haciendo piruetas mientras las puntas de mis dedos rozan las gloriosas flores de pétalos pulsantes y delicioso y dulce aroma,
mientras me abro camino entre los vibrantes árboles que bordean el colorido arroyo. Estoy
determinada a memorizarme cada detalle y deseo que haya alguna manera de capturar este
increíble sentimiento y mantenerlo por siempre.
Y luego, porque tengo un poco de tiempo, porque necesito verlo una vez más y necesito estar con él
de la manera en que solíamos estar, cierro mis ojos y manifiesto a Emmett.
Y lo veo como la primera vez que él se apreció ante mí en el estacionamiento de la escuela, con su
lustroso y oscuro cabello que casi le llegaba a los hombros y se ondulaba alrededor de sus mejillas,
esos ojos almendrados tan profundos, oscuros y, incluso en aquel tiempo, extrañamente familiares.
¡Y esos labios! Esos seductores labios con forma de arco de Cupido, seguidos de un largo, delgado
y muscular cuerpo que lo sostenía todo. Mi recuerdo es tan potente, tan tangible, que cada matiz,
cada poro está presente.
Y cuando abro mis ojos, él esta ante mi haciendo una reverencia, ofreciendo su mano para nuestro
último baile. Así que pongo mi mano en la suya mientras el pone su brazo alrededor de mi cintura y
me dirige a través de ese glorioso campo en una serie de anchos y amplios arcos, mientras nuestros
cuerpos se bambolean y nuestros pies flotan al compás de una melodía que solo nosotros dos
escuchamos. Y cada vez que él comienza a resbalar de mis manos, yo cierro mis ojos y lo creo otra
vez, resumiendo nuestros pasos sin flaquear. Como el Conde Fersen y María, Albert y Victoria,
Antonio y Cleopatra, somos los amantes más grandes del mundo. Somos todas las parejas que
alguna vez fuimos y escondo mi rostro en el cálido y dulce arco de su cuello, reacia a dejar que
nuestra canción termine.
Pero aunque en Summerland no existe el tiempo, allí es a dónde voy. Así que recorro con mis dedos
los planos de su rostro, memorizando la suavidad de su piel, la curva de su mandíbula y el grosor de
sus labios mientras los presiono contra los míos, convenciéndome de que es él de verdad.
Incluso después de que se ha desvanecido he ido.
. . .
Al momento de que salgo del campo, me encuentro con Senna y Zafrina esperando justo al final y por la apariencia de sus rostros, sé que han estado observando.
-Se te está acabando el tiempo,- dice Zafrina, mirándome con esos ojos del tamaño de un plato que
nunca dejan de ponerme los nervios de punta.
Pero yo solo muevo la cabeza y continúo caminando, molesta por saber que ellas han estado
espiándome y cansada de que sigan entrometiéndose.
-Lo tengo todo listo,- digo, mirándolas sobre mi hombro. -Así que siéntanse libres de...- pero me
detengo, sin tener ninguna idea de qué ellas hacen cuando no me están fastidiando. Así que levanto
mis hombros y lo dejo así, sabiendo que lo que sea que ellas tramen, ya no es de mi incumbencia.
Ellas corren a mi lado, mirándose una a la otra y comunicándose en su privado lenguaje de gemelas
antes de decir:
-Algo no está bien.- Ellas me miran detenidamente, apurándome a escuchar. -Algo se siente terriblemente mal.- Sus voces se mezclan en perfecta armonía.
Pero yo solo me encojo de hombros, no me interesa descifrar su código, y cuando veo ante mí esas
escalinatas de mármol, me adelanto con prisa y observo las estructuras más hermosas del mundo
antes de apresurarme a entrar. Mientras las voces de las gemelas se silencian al cerrarse las
puertas tras de mí, me detengo en la gran entrada con los ojos cerrados y espero que no se me
niegue el paso como la última vez. Deseo poder volver al pasado y pienso:
Estoy lista. Estoy realmente y honestamente lista. Por favor, déjenme regresar. Déjenme regresar a
Foks. Déjenme volver con mi papá, mi mamá y mi hermano. Por favor, déjenme
volver... y arreglar todo...
Y lo próximo que sé, es que un pasillo corto aparece y me dirige hacia una habitación que esta al
final. Una habitación que está vacía, excepto por un taburete y un escritorio. Pero no es cualquier
escritorio, este es uno de esos escritorios largos de metal, como los que usaban en el laboratorio de
química de mi vieja escuela y mientras me deslizo en la silla, un enorme globo de cristal levita ante
mí, parpadeando y destellando hasta que se estabiliza en una imagen de mi sentada en este mismo
escritorio de metal, trabajando en un examen de ciencias. Y, aunque es una escena que jamás
escogería para repetir, sé que esta es mi única oportunidad para volver. Así que respiro
profundamente, presiono mi dedo contra la pantalla y lanzo un grito ahogado cuando todo mi
alrededor se torna negro.
·
·
·
Hola mis bomboncitos! jeje Por fin viernes, me explican que van a hacer este fin de semana?
Que les pareció el capítulo? ya queda menos para el fin... Decirme que les pareció en los comentarios y darle a +1
Os quiero!
Instagram: maria213s
Twitter: @MaRiia213
FF: https://www.fanfiction.net/~mariia213
Búscame también por Google +
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Graciias por dejar tus palabras, estas hacen que quiera seguir escribiendo, y que cada día le ponga más ganas!!