Summary: Bella y Edward han viajado por muchas vidas, han
combatido a centenares de enemigos oscuros, para poder estar juntos.
Pero cuando su deseado destino casi esta en sus manos, Edward cae en una
maldición poderosa. Un simple contacto entre ellos le causaría la
muerte a Edward llevándoselo a Shadowland. Bella desesperada por salvar a
Edward, consigue ayuda de un surfo: James. Aunque se acaban de conocer,
James le resulta muy familiar. Traicionando a Edward, Bella es atraída
por James, con su cabellera rubia, sus ojos verdes, sus poderes mágicos y
un pasado muy misterioso. Bella sabe que Edward es su alma gemela y
nunca lo olvidara. Pero al pasar del tiempo, su conexión con James
crecerá más y será más fuerte, poniendo a prueba su amor por Edward como
nunca antes...
N/A: Los personajes son de la magnifica Meyer. Continuació de "Solos tú y yo". Adapatción del libro de Alison Nöel Shadowland
CAPÍTULO 4
Mientras me dirigía hacia mi clase de historia estaba
preguntándome ¿que sería peor – ver a Emmett o al Sr. Muñoz? Porque si
bien no he visto ni hablado con ninguno de ellos desde el pasado viernes cuando
mi mundo entero se vino abajo – no hay duda de que les deje a ambos
en una nota bastante extraña
Mi último contacto con Muñoz consistió en mí
poniéndome sentimental y no solo confiándole mis poderes síquicos – que
es algo que nunca hago – sino también animándolo a una cita con mi
tía Esme – que es algo que estoy empezando a lamentar seriamente. Y
tan horrible como eso fue, solo rivalice mis últimos momentos con Emmett cuando apunte
mi puño a su chacra del ombligo, determinada no solo a matarlo sino a borrarlo
completamente. Y lo hubiera hecho también – excepto por el hecho de
que estaba totalmente estrangulada y él escapo. Y aunque en retrospectiva eso
probablemente funcionara para mejor, todavía estoy tan furiosa con él, ¿qué
quien diría que no lo intentaría otra vez? Pero la verdad es, que se que no voy
a intentarlo de nuevo. Y no solo porque Edward pasó toda la clase de Ingles
sermoneándome telepáticamente sobre que la venganza nunca es la respuesta, que
el karma es lo único y es solo el verdadero sistema de justicia, y mucho mas
de, blah, blah, blah – pero principalmente porque no está bien.
A
pesar del hecho de que Emmett me engaño y de la peor manera, dejándome
absolutamente sin ninguna razón para confiar en él de nuevo - y sin embargo no
tengo el derecho de matarlo. Eso no resolverá mi problema. No cambiara nada.
Aunque él es horrible, malo, y todo lo que abarque de mal, aun así no tengo el
derecho de… ―¡Bueno, ahí está mi mono sinvergüenza!‖
El se desliza a mi
lado, con el cabello rubio todo despeinado, los ojos azules como el océano, y
los dientes blancos y brillantes, estirando tranquilamente su fuerte brazo
bronceado a través de la puerta del salón de clases, salvándome de no acercarse
demasiado. Y eso es todo lo que necesita. El irritante ronroneo de su acento
Británico poco convincente y su completa malevolencia de su mirada de soslayo
(de reojo), y simplemente así estoy tentada de matarlo de nuevo. Pero no lo
haré. Le prometí a Edward que permanecería a salvo en la clase sin acudir a eso.
―¿Así que dime, Bella, como estuvo tu fin de semana? ¿Disfrutaste tú y Edward de
una buena velada? ¿Él fue capaz de – sobrevivir a ti – por
casualidad?‖
Empuño mis manos a los costados, imaginando como se vería sin
tener nada más que un montón de ropa de diseñador y un montón de polvo, a pesar
del voto de no-violencia que tome.
―Porque si no, si no consideraste mi consejo y sacaste
a ese viejo dinosaurio a dar un
paseo, entonces supongo que tendré que ofrecerte mis más profundas condolencias‖.
paseo, entonces supongo que tendré que ofrecerte mis más profundas condolencias‖.
Asiente, la mirada fija sobre la mía, bajando la voz mientras
añade.
―No te preocupes, no estarás sola por mucho tiempo. Una vez que el periodo de luto apropiado
termine, estaré encantando de intervenir y llenar el vacío que su extinción ha
dejado‖.
Me concentro en mi respiración, manteniéndola lenta y constante
mientras tomo el fuerte, bronceado y musculoso brazo que bloquea mi camino,
sabiendo que todo lo que necesito es una buena posición de karate para romperlo
por la mitad.
―Al demonio, incluso si realmente logras contenerte y mantenerlo vivo, y
todo lo que necesitas es hablar yo estaré a tu lado‖.
Sonríe, sus ojos posándose sobre mí de la manera más íntima.
―Pero no hay
necesidad de responder demasiado rápido o comprometerse todavía. Tomate el tiempo que
quieras. Porque, Bella, te aseguro, a diferencia de Edward, soy un hombre que
puede esperar. Además, es solo cuestión de tiempo antes de que vengas a mí al
fin y al cabo‖.
―Solo hay una cosa que quiero de ti‖. Estreche mi mirada hasta que todo lo que esta rodeándonos se distorsionó. ―Y
eso es que tú me dejes en paz‖. El calor subiendo por mis mejillas
mientras su más descarada mirada se profundiza.
―Me temo que no, cariño‖.
Se ríe, examinándome y moviendo su cabeza. ―Confía en mí, lo querrás de esa
manera, pero no te preocupes, como dije, esperare todo el tiempo que sea necesario. Es Edward el que me preocupa. Y tú deberías preocuparte también. Por lo que vi
aquellos últimos seiscientos años, él es un hombre impaciente. Es un poco
materialista realmente. No espera mucho tiempo por algo, eso es todo lo que te
puedo decir‖. Trago con dificultad y me esfuerzo por mantener la calma,
recordándome no caer en su trampa.
Emmett tiene la destreza de de hallar mi
debilidad, mi kriptonita sicológica por así decirlo, y vive para explotarlo.
―No me malinterpretes, el siempre ha sido uno de los que guarda las
apariencias – usar el brazalete negro, y pareciendo inconsolable en
el velorio – pero confía en mí, Bella, el musgo no tiene tiempo de
adherirse a su zapato antes de él vuelva al acecho. Buscando ahogar sus penas
en cualquier cosa o – debería de decir en quienquiera – que
pudiera. Y aunque prefieras no creerlo, tómalo en cuenta de alguien que ha estado
allí todo el tiempo. Edward no espera por nadie. Y ciertamente nunca espero por
ti‖.
Respiro profundamente, llenando mi cabeza con palabras, música, ecuaciones
matemáticas que se extienden mucho más allá de mis capacidades, cualquier cosa
para ahogar las palabras que son como flechas cuidadosamente afiladas y
dirigidas a mi corazón.
―Síp. ¡Lo he visto con mis propios ojos, lo hice -Sonríe mientras cambia de posición en sus lujosos zapatos
londinenses, y se apoya hacia a tras de nuevo. -Tanya lo vio también.
Rompió su pobre corazón. Aunque, diferencia de mí, y me temo, que también a
diferencia de ti, el amor de Tanya era incondicional. Dispuesta de recibirle
sin importar donde hubiera estado, sin hacer preguntas. Lo que, enfrentémoslo,
es algo que tú nunca harías‖.
―¡Eso no es verdad!‖ grite, con voz ronca, seca, como si fuera la primera vez
que la usara en todo el día. ―He tenido a Edward desde el momento en que nos
conocimos – Yo –―, me detengo, sabiendo que no debí haber comenzado. Es inútil participar en esta
lucha.
―Lo siento, querida, pero estas equivocada. Nunca has tenido a Edward en lo
absoluto‖. Un
beso por aquí, un poco de manitas sudadas allá ―-encoge los hombros, con mirada burlona. "Es en serio, Bella, ¿crees que algunos patéticos intentos de llegar a segunda base realmente puede satisfacer a una ávido, narcisista, auto-indulgente como él? ¿Por más o menos de cuatrocientos años?" Trago con dificultad, obligándome a tranquilizarme así no lo aparente cuando digo ―Eso es mucho más de lo que alguna vez tuviste con Tanya".
beso por aquí, un poco de manitas sudadas allá ―-encoge los hombros, con mirada burlona. "Es en serio, Bella, ¿crees que algunos patéticos intentos de llegar a segunda base realmente puede satisfacer a una ávido, narcisista, auto-indulgente como él? ¿Por más o menos de cuatrocientos años?" Trago con dificultad, obligándome a tranquilizarme así no lo aparente cuando digo ―Eso es mucho más de lo que alguna vez tuviste con Tanya".
"No gracias a ti‖, el escupe las palabras, con su dura mirada fija en la
mía. ―Pero, es como
dije, soy un hombre que puede esperar. Edward no lo es‖. Sacude su cabeza.
―Es una pena que estés tan decidida de hacerte la difícil. Tú y yo somos mucho más
parecidos de lo que piensas. Ambos suspirando por alguien que en realidad nunca tendremos-‖
dije, soy un hombre que puede esperar. Edward no lo es‖. Sacude su cabeza.
―Es una pena que estés tan decidida de hacerte la difícil. Tú y yo somos mucho más
parecidos de lo que piensas. Ambos suspirando por alguien que en realidad nunca tendremos-‖
―Te podría matar ahora mismo", susurro, con voz inestable, las
manos temblorosas, aunque le prometí a Edward que no haría esto, incluso aun
cuando se que es lo mejor. ―Podría‖-aspiro lentamente, sin querer que el sepa
lo que sólo Edward y yo sabemos, que apuntar al chakra más débil de un inmortal,
una de los siete energías centrales del cuerpo, es la manera más rápida de
eliminarlos.
―¿Podrías qué?‖ Él sonríe, su cara y su respiración tan cerca
enfría mi mejilla. ―¿Golpearme en mi centro sagrado, quizás?‖
Me quedo boquiabierta, preguntándome dónde pudo haber aprendido eso. Pero él sólo se ríe, moviendo la cabeza mientras dice,
"No te olvides, cariño, Edward estuvo bajo mi hechizo, lo que significa que me lo dijo todo, y respondió
a cada pregunta, incluyendo algunas sobre ti".
Me quede ahí, negándome a
reaccionar, decidida a lucir compuesta, serena, pero ya era demasiado
tarde. Él llegó a mí. Justo a donde cuenta. Y no creo que él no lo sepa.
"No te preocupes, cariño. No tengo planes de ir tras de ti. A pesar de que
es evidente tu falta de discernimiento y trágico mal uso del conocimiento me
dice que un golpe rápido a mi chakra de la garganta es todo lo que se
necesitaría para destruirte por completo".
El sonríe, su lengua
serpentea alrededor de sus labios.
"Me estoy divirtiendo demasiado
observándote retorcerte al intentar algo así. Además, no tardarás demasiado
hasta que estés bajo mis órdenes. O incluso sobre mí. Las dos maneras me
parecen bien." Se ríe, sus ojos azules fijos en los míos, mirándome de una
manera tan molesta, íntima, y tan profunda, que mi estómago no podía dejar de
exhalar. "Te dejaré a ti los detalles. Pero no importa lo mucho que lo
desees, no vas a ir tras de mí tampoco. Sobre todo porque yo tengo lo que
quieres. El antídoto para el antídoto. Te lo aseguro. Sólo tendrás que
encontrar una forma de ganártelo. Tendrás que pagar el precio correcto".
Me quede boquiabierta, con la boca seca y la mandíbula floja, recordando cómo
el pasado viernes el había afirmado la misma cosa. Estuve tan distraída por el
despertar de Edward despertar que había olvidado, hasta ahora. Aprieto mis
labios, mientras encuentro su mirada con la mía, mi esperanza crece, por
primera vez en días, sabiendo que es sólo cuestión de tiempo hasta que el
antídoto sea mío. Sólo necesito encontrar una manera de obtenerlo de él.
"Oh, mira eso." Él sonríe. "Parece que olvidaste nuestra cita
con el destino". El levanta el brazo y yo empiezo a abrirme paso, pero
entonces él lo baja muy rápidamente, riendo mientras me mantiene encerrada.
"Respira profundamente", él susurra, sus labios rodean el borde de mi
oreja, sus dedos se deslizan sobre mi hombro, dejando un helado frío en su
camino. "No hay necesidad de pánico. No hay necesidad de asustarse de
nuevo. Estoy seguro de que podremos llegar un acuerdo mutuo, encontrando una
manera que todo funcione".
Le doy una mirada, asqueada por el precio que
ha establecido, mis palabras son lentas y deliberadas, cuando digo:
"¡Nada
de lo que me digas o hagas me podría convencer de acostarme contigo! ",
justo cuando el Sr. Muñoz abre la puerta, permitiendo que toda la clase lo
escuche.
"Whoa," Emmett sonríe, levantando las manos en señal de
rendición mientras retrocede hacia el fondo del salón. "¿Quién dijo
algo de eso, amiga?" Él echa la cabeza hacia atrás y se ríe, lo que
permite que su espeluznante Tatuaje uroboros parpadee dentro y fuera de mi
vista. "Quiero decir, no quiero decepcionarte, querida, pero yo busco un
buen revolcón, y… ¡una virgen seria lo último que buscaría!
Camine hacía mi escritorio, con mis mejillas encendidas, y
mi mirada fija en el suelo, paso los próximos cuarenta minutos observando cómo
mis compañeros estallan en histeria cada vez que Emmett dirige un asqueroso
sonido hacía mi, a pesar de lo numerosos intentos de el Sr. Muñoz para
callarlos. Y en el momento en que la campana suena, yo corro hacia la puerta.
Desesperada por llegar a Edward antes que Emmett lo haga, convencida de que Emmett
lo hará enfurecerse y él responderá, y ninguno de los dos complementos pueden
permitirlo, ahora que Emmett tiene la llave. Pero justo cuando gire la perilla
escucho decir,
―¿Bella? ¿Tienes un minuto?" Me detengo, mis compañeros se
acumula detrás de mí, deseosos de llegar al pasillo, donde puedan seguir a Emmett y burlarse de mí un poco más. Su risa burlona llega hacia mí mientras me
dirijo al Sr. Muñoz para ver lo que quiere.
"Lo hice". Dijo
sonriente, con postura rígida, y su voz ansiosa, pero aún todavía más ansioso
por que yo lo supiera. Yo cambio mi incómoda postura, moviendo mi mochila de un
hombro al otro, deseando que hubiera tomado el tiempo para aprender la remota
visibilidad para poder mantener un ojo en las mesas del almuerzo y asegurarme
que Edward se apegue al plan. "Me acerqué a ella. Tal como me lo dijiste.‖ Él asiente. Yo hago bizcos, volviendo mi atención a él, mi intestino se
retuerce mientras comienzo a comprender. "¿La mujer de Starbucks? ¿Esme?
La vi esta mañana. Incluso hablamos por un momento, y él encoge los hombros,
con la mirada a la deriva, evidentemente, aún está muy emocionado por el
evento.
Me pongo de pie ante él, sin aliento, sabiendo que tengo que detener
esto, haciendo lo que sea necesario, antes de que se salga de control. "Y
tienes razón. Ella es realmente agradable. De hecho, probablemente no debería
decírtelo, pero vamos a ir a cenar este viernes por la noche". Asiento, en
trance, las palabras pasan por encima de mí, mientras le doy un vistazo a su
energía y la veo desarrollarse en su cabeza: Esme de pie en la fila,
ocupándose de sus propias cosas, hasta que el Sr. Muñoz se acerca a ella,
haciéndola darse la vuelta y sonreír, eso, ¡eso es un vergonzoso coqueteo!
Salvo que no hay vergüenza en lo absoluto. Al menos no por parte de Esme.
Tampoco es el caso del Sr. Muñoz. No, la vergüenza es toda mía. Estos dos no
podrían ser más felices. Esto no puede suceder. Por demasiadas razones, esta
cena no puede tener lugar
Uno de ellas es que Esme no es sólo mi tía, sino también
mi tutora, mi guardián, ¡mi única pariente viva en el mundo entero! Y otra
razón, posiblemente incluso más urgente, es el hecho de que, gracias a mi
patética y sentimental, debilidad el pasado viernes, Muñoz se enteró de que soy
psíquica, ¡mientras que Esme no lo sabe! He tomado grandes medidas para
mantener esto en secreto, y no hay manera en que vaya a ser expuesta por mi
enamorado profesor de historia. Pero justo cuando estoy a punto de
decirle que absolutamente, bajo ninguna circunstancia, puede llevar a mi tía a
cenar y / o divulgar cualquier información que podría haber confesado
accidentalmente durante un momento de debilidad y cuando estaba segura de que
nunca volvería a verlo, él se aclara la garganta y dice:
―Como sea, deberías ir y conseguirte algo para almorzar antes de que sea
demasiado tarde. No era mi intención el retrasarte tanto, yo solo pensé…"
"Oh, no, está bien, digo. "Yo sólo…" Pero él
no me deja terminar. El prácticamente me empuja fuera de la puerta mientras que
despide, diciendo:
"Vamos. Ve a buscar a tus amigos. Solo pensé que
debería darte las gracias, eso es todo."
Hola mis lectores!
Perdón por el retraso con este fic/adaptación, pero la verdad que he estado muy liada con mis estudios, y aunque parezca mentira, las adaptaciones, también hay que prepararlas bien :)
Espero (con muchas ganas) vuestros comentarios!
Besos grandes! Os amo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Graciias por dejar tus palabras, estas hacen que quiera seguir escribiendo, y que cada día le ponga más ganas!!