Hola a todo aquel que se tome su tiempo para pasar por este humilde rincón. En este blog, se publicarán mis fics, esos que tanto me han costado de escribir, y que tanto amo. Alguno de estos escritos, contiene escenas para mayores de 18 años, y para que no haya malentendidos ni reclamos, serán señaladas. En este blog, también colaboran otras maravillosas escritoras, que tiene mucho talento: Lap, Arancha, Yas, Mari, Flawer Cullen, Silvia y AnaLau. La mayoría de los nombres de los fics que encontraras en este blog, son propiedad de S.Meyer. Si quieres formar parte de este blog, publicando y compartiendo tu arte, envía lo que quieras a maria_213s@hotmail.com

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miércoles, 11 de mayo de 2011

Fantasía Prohibida * Capítulo 19

Adaptación----Lemmon


CAPÍTULO 19

Por más que lo intentaba, Bella no conseguía quedarse dormida. Probablemente había dado ya 6 ó 7 vueltas en la cama, pero todo lo que había pasado en las últimas semanas le rondaba la cabeza, robándole el sueño.


Suspiró.

Lo que más temía era la reacción de sus hermanos, y en menor medida, la de su padre, cuando se enterara de que estaba embarazada.

Volvió a darse la vuelta en la cama, buscando una postura más cómoda cuando el silencio de la casa fue interrumpido con leves golpecitos que provenían de la sala de estar.

Eran sonidos extraños, especialmente porque parecían provenir de alguien que intentaba no hacer ruido. De hecho, parecía que estaban forzando la ventana.

Bella tomó el móvil y se acerco a la puerta de la habitación. Ahora el sonido indicaba que alguien estaba dando pasos lentos sobre el crujiente parqué.

Sin ninguna duda alguien había entrado en la casa, y lo más seguro era que llamara a la policía, así que procurando hacer el menor ruido posible se encerró en el vestidor y marcó el número.

La operadora le dijo que la policía estaba en camino. Debía esperar y quedarse donde estaba.

Los pasos sonaban cada vez más cercanos. Había quedado claro que tendría que defenderse por sí misma, porque la policía no iba a llegar a tiempo.

Los pasos entraron en el dormitorio, se detuvieron un segundo, probablemente echando un vistazo a la habitación, y luego se encaminaron hacia el vestidor.

Bella se apretó contra la pared, sintiendo algo duro en su espalda.

Un bate de béisbol. Bien. Al menos tendría con que defenderse.

Mientras tanto, Edward, casi un día después de que Bella hubiese soltado la bomba, ya se sentía preparado para hablar con ella.

Le habían hecho falta 12 años y una charla con Emmett para por fin darse cuenta que el no había sido el culpable de que Tanya se suicidara.

Pensándolo bien, él solo había sido el culpable de ser muy estúpido y estar demasiado asustado para luchar por lo que podría haber sido.

No cometería ese error con Bella, sobre todo amándola como la amaba.

Pero no se haría ilusiones. Se había comportado como un cabrón con ella cuando se entero de lo del embarazo. La había tratado peor de lo que había tratado a Tanya, como bien le dijo Emmett. Pero había llegado el momento de intentar que las cosas fueran diferentes.

Así que buscó la dirección de Bella en Internet. La encontró fácilmente, cosa que no le agradó, porque cualquiera podría ver sus datos personales. Y hablaría de eso con ella… más tarde.

Entró en el aparcamiento de los apartamentos. Ningún puesto de vigilancia. Maldita sea.

Bueno, si todo salía bien, después de que hablara con ella, Bella se iría a vivir con él, y la falta de medidas de seguridad no sería un problema.

Cuando encontró el apartamento de Bella vio que una de las ventanas estaba abierta de par en par.

Mierda, ¿por qué coño no había cerrado la ventana y había puesto el aire acondicionado?

Cerró el coche, llamó a la puerta y esperó en silencio a que le abriera.

Nada.

Esa tarde había escuchado en la radio que Bella había comido con Jake en un restaurante. Tal vez estuviera aun con él, porque todavía sentía algo por el cantante. Edward no podría culparla por eso, pero solo pensar en esa posibilidad le hacía querer romper algo.

Sacó el móvil y la llamó. No hubo respuesta. Debía de haber visto el identificador y habría decidido ignorarlo.

Daba igual, porque fuese lo que fuese no se iba a dar por vencido.

No se movería de la puerta hasta que ella hablase con él.

Le prometería que haría todo lo posible por ser el hombre que ella necesitaba. Tendría que conseguirlo.

Se apoyó en la puerta, y escuchó un ruido - ¿un gruñido? – que aunque débil, estaba completamente fuera de lugar.

Edward frunció el ceño y se acercó a la ventana. Oyó otro ruido. Un choque, como algo golpeando la pared.

Pero, ¿qué coño estaba pasando aquí?

Era Bella. Había llevado a otro hombre a su apartamento. Quizá Jacob. No, no podía creerlo… no de Bella. Bella no era Tanya.

Pero claramente esos sonidos estaban fuera de lugar, así que se coló por la ventana. Sacó su pistola y fue avanzando lentamente por el apartamento.

Un chillido rompió el silencio y un escalofrío le recorrió la espalda. Maldición. Era Bella.

Edward llegó corriendo al dormitorio, que era de donde provenía el grito. Estaba oscuro y vacío, con la cama deshecha.

Del cuarto de baño provenían los sonidos de una lucha. No, no eran del cuarto de baño, si no del vestidor que había en el pasillo.

Si ese hijo de puta se había atrevido a hacerle daño a Bella comería de una pajita el resto de su vida.

Antes de precipitarse puso la oreja en el vestidor. No quería que por abrir la puerta rápidamente Bella sufriera algún daño.

Pon el bate de béisbol en el suelo – gruñó el hombre – no quiero hacerte daño.

Luego, un golpe sordo y un gruñido.

¡Perra! Me has hecho daño.

Bella le había acorralado. Bien. Aún podría salvarla.

De repente, Bella soltó un grito.

Maldita sea. Muere como una buena chica.

No – el grito de terror de Bella atravesó las paredes y desgarró a Edward.

Se acabó. No podía aguantar más. Abrió la puerta de un golpe e irrumpió en el pequeño cuarto. Lo único que pudo distinguir entre tanta oscuridad fue el cuerpo de Bella escurriéndose por la pared hasta el suelo y la sangre resbalando por su cuerpo.

Embargado por la furia, Edward se giró con rapidez, agarró al tipo por el cuello y lo empujó contra la pared.

Pudo distinguir un destello metálico a tiempo de esquivar el filo de la navaja y agarrar por la garganta a su agresor, apuntándole al mismo tiempo con la pistola.

Tira el cuchillo al suelo.

El extraño vaciló, dando boqueadas por la falta de aire. A pesar de que Edward apretaba con fuerza el arma contra su sien, el extraño no cooperaba.

Y Edward no sabía si Bella necesitaba urgentemente un médico o no. Puede que se estuviese muriendo y él estaba perdiendo el tiempo con este tipo.

Con la paciencia ya agotada comenzó a apretar el gatillo.

El extraño abrió los ojos y finalmente soltó el cuchillo. Edward lo pisó para que no pudiera volver a cogerlo. Se contuvo de golpearlo, porque ahora Bella era quien más lo necesitaba.

Siéntate ahí, con las manos donde pueda verlas. Y si se te ocurre hacer algún movimiento no vacilaré en meterte una bala en la cabeza.

El extraño asintió.

Edward se acercó al interruptor de la luz. Al encenderla observó al hombre, que llevaba una careta.

Se acercó a Bella y buscó el origen de la sangre. La examinó con rapidez, rezando porque aun estuviera viva.

Y lo estaba. Respiraba. Su pulso era constante, aunque hubiese perdido el conocimiento. La sangre provenía de su brazo. Seguramente se lo había hecho el extraño con el cuchillo, cuando ella levantó el brazo para defenderse. Bella habría pasado un pánico terrible.

Le dirigió al hombre una fría mirada de furia.

Como se muera, te mato. ¿Me has entendido?

Tras la careta, el hombre asintió, tembloroso.

No parecía que Bella tuviera más heridas, pero el pánico lo invadió, porque ella seguía inconsciente.

Sacó el móvil y marcó a la policía. Al darle la dirección de Bella la operadora afirmó que ya venían en camino varias unidades. Bien. Chica lista. Ahora sólo tenía que resistir. Pidió también una ambulancia, y luego colgó.

¿La has drogado?

No – dijo una voz rota.

¿Violado?

No.

Pero querías matarla, jodido pirado – gruñó Edward – Quítate la careta. – el hombre vaciló, y Edward levantó la pistola - ¡Ahora!

El hombre se la quitó y Edward frunció el ceño.

- ¿Qué demon…? Tienes al menos 50 años - ¿No era un poco mayor para dedicarse a asaltar casas?

El extraño se aclaró la garganta.

Tengo 62.

¿Te gusta acosar a las mujeres, abuelito? – aquello le hizo querer estrangular a aquel hijo de perra.

No. No es nada personal. No quería hacerle daño. Sólo quería que se mantuviera lejos.

Edward apretó el arma.

¿Lejos de qué?

Silencio.

¿Lejos de qué? – repitió gritando – Se me está acabando la paciencia.

De la carrera de Jacob Black. Ella ha intentado acabar con ella unas cuantas veces y a él ni siquiera le importa. Jake está cargando contra la prensa… se está autodestruyendo. Va a destruir su carrera y a todos los que le rodean, por culpa de esta mujer.

Un abuelo obsesionado por la carrera de Black. Por lo que Bella les había contado a Emmett y a él sobre Jacob, aquel era su agente. ¿Cómo se llamaba…? ¿Sam?

Ya estoy viejo para empezar de nuevo – la voz del hombre era temblorosa.

Había sido una estupidez pensar que al acabar con Bella se resolverían sus problemas. Si la policía no aparecía pronto, Edward no sabía si podría controlar su furia y sus deseos de venganza lo suficiente. Pero tenía que contenerse. Este hijo de perra debía acabar en una celda.

Continúa – le instó Edward – Sam, ¿no?

Sí – dijo el hombre con cautela.

¿A qué te referías con empezar de nuevo?

Él vaciló.

Creo que no volveré a abrir la boca sin mis abogados delante.

Justo cuando iba a replicar, la policía interrumpió en el apartamento. Edward cogió a Sam por la nuca, obligándole a caminar. Una vez que hubo dado parte a la policía centró su atención en los paramédicos que atendían a Bella.

Bella aun seguía inconsciente.

Una vez en la ambulancia, partieron al hospital. Edward los seguía en el coche.

Al menos ahora la chica estaba estable, pero él seguía teniendo un mal presentimiento.

Y si a Bella le pasaba algo… No. No podía pasar eso. Amaba a Bella. La necesitaba a su lado. Siempre. Con bebé o sin él. Con muchos niños más si ella quería. Intentaría ser el mejor para ella. Lo intentaría todo. Todo.

Durante toda su vida.

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4 comentarios:

  1. Por dios Maria que sigue... ojala y publiques pronto porque me has dejado con el alma en un hilo. pobre Edward y Bella que no pierdan a su bebe...
    Esta historia esta maravillosa, espero con ansia la siguiente publicacion.
    Suerte

    Atte. Rosy

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  2. por fin pude leer un cap mas!!! que bueno que edward reacciono y gracias a ello pudo salvar a bella!!! ojala este bien esta historia me encanta un beso!!!

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  3. por fin se dio cuenta de que podria perderla....Sigue asi...Besos..

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  4. o dios mio!!!!!! k capi, kiero mas, este edd k tierno hast k se da cuenta d todo el amor k tiene x bella

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Graciias por dejar tus palabras, estas hacen que quiera seguir escribiendo, y que cada día le ponga más ganas!!

Gracias al blog smilersheart.blogspot.com
por esta firma :)
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